Antes de las 8:00 de la mañana de este lunes 24 de agosto, Amy y Luz fueron despertadas por su tía Carmen, lo hicieron muy emocionadas porque para una de ellas representaba el primer día de clases de toda su vida y para la otra, otro día más del tercer grado.
En esta ocasión amanecieron con una nueva realidad, las clases a distancia que desde la Secretaría de Educación Pública, SEP, están manejando. Amy y Luz se levantaron, se lavaron los dientes y se arreglaron, aunque estas actividades las hicieron un poco adormiladas, bajaron y desayunaron cereal y huevito con salchicha, sus favoritos.
Posteriormente su tía, las colocó en áreas distintas, una frente al televisor, en el comedor, le habilitaron la televisión para que tomará sus clases a distancia por la nueva modalidad ante la pandemia por Covid-19.
En su primer clase, su maestra le pidió que dibujará lo que entendiera de lo visto en la televisión, así que el comedor estaba revuelto, lleno de colores, hojas de máquina y libretas con olor a nuevo.
La otra, la de más experiencia, se sentó en la sala y con el celular en mano se aventuró a esta experiencia digital por el internet. Más madura en el tema, tomó su celular, donde por cierto, había clases que transmitían vídeos españoles y se aventuró a escuchar las primeras clases con cara de gran expectativa.
Otros niños como Liza quien cursa el segundo año de primaria, utilizaron su uniforme y bien peinadita se colocó frente a la laptop de su madre para iniciar sus clases. Fue sorprendida con una caja llena de libros y se instaló en modo oficina para hacer su quehacer en esta nueva etapa de la vida educativa.
Muy comprometido, emocionado y contento, junto a su computador y libros de matemáticas, se distinguió Néstor André Vega Espinosa, que pasó a sexto de primaria, dijo que se sentía extraño pero se siente dispuesto a sacar adelante su ciclo escolar.