Alicia Torres de la Rosa está abriendo paso para otras enfermeras. Su labor no ha sido fácil en un mundo en el que se considera que las mujeres deben estar enfocadas al cuidado de las personas, mientras que los hombres deben estar dedicados a cargos de responsabilidad y liderazgo. Desde el cuidado de las personas en un aspecto tan relevante como es el de la salud hasta la procuración de recursos para hacerle menos difícil el trabajo a sus congéneres se ha desenvuelto durante toda la vida.
Ella cuenta cómo le nació la vocación de estudiar enfermería “mira, a mí la verdad siempre me ha llamado atención todo lo que era el área de la salud, lo que era conocer las causas de las enfermedades, los tratamientos y los estudios que se realizan. Ahora sí que yo desde chica he estado enfocada en esta área y obviamente, pues también me gusta el trato con la gente, entonces por eso es que yo me decido a estudiar enfermería, por tener ese contacto más cercano, más humano con la gente y pues aparte porque me gusta todo lo del área de la salud”.
Recuerda perfectamente que a la edad de 13 años definió estudiar esta rama de las Ciencias de la Salud: “cuando estaba como en secundaria, cuando tenía unos 13, 14 años, más o menos, yo ya sabía que a mí me gustaba todo lo de esta área y cuando les conté a mis papás ellos me apoyaron, por ellos no hubo ningún inconveniente, al contrario siempre me alentaron a que yo hiciera lo que a mí me gustara, que yo escogiera una carrera que a mí me llenara, que a mí me satisfaciera y le podría decir que durante este tiempo de ejercer la profesión ha sido muy satisfactorio”.
Con 15 años de experiencia en los quirófanos reconoce que no todo ha sido fácil pues los desafíos para la mujer están ahí presentes, “por ejemplo, yo creo que el primer reto como enfermera en general, es que no hay el reconocimiento a la profesión, nos ven normalmente como que somos la ayudante del médico, la señorita que toma los signos vitales o la que busca el expediente y va por los estudios y nada más y la gente no sabe que más allá de que hacemos esas actividades que son parte de la enfermería”.
Pocas veces la ciudadanía las ve como profesionales “nuestros cuidados están basados en lo que es el proceso cuidado enfermero, se basa en aspectos científicos, lo que viene siendo la investigación también en todo. En eso basamos nuestro cuidado y que tienen un fundamento de conocimiento científico, no nada más el ahí checo los signos vitales por checarlos, sino que yo sé checarlos, pero también se interpretarlos, sé cuándo las personas están mal y puedo saber por qué esos signos vitales están mal y así orientar a mi paciente”.
Como mujer, realmente no ha habido tantos problemas porque al final de cuentas el perfil de la enfermera es bien visto sin embargo reconoce que la sociedad tiene arraigados conceptos como que el cuidado de las personas solo le compete a la mujer o las madres de familia. “Entonces como nuestra profesión se dedica al cuidado de la salud al cien por ciento, está muy ligado con el sexo femenino o con el ser mujer”.
Con este asunto de las diferencias entre hombres y mujeres considera que el campo laboral para el sexo femenino ha sido más abierto a raíz de la incursión de las mujeres en las profesiones del área de la salud “siempre ha sido más abierto hacia la mujer que hacia el enfermero hombre. A mí me tocó mucho ver a mis compañeros que trabajaban conmigo, que estudiaban conmigo que a veces en los hospitales, la señora dice ‘yo prefiero que la señorita me atienda’, porque tu hombre cómo me vas a ver a mí, persiste ese tabú de no ser cuidadas por el hombre, porque qué va a decir mi esposo si sabe que el enfermero me está tomando el Papanicolao”.
A su consideración, el trabajo en el ramo de la enfermería es más difícil para los hombres porque siempre estos puestos han sido ocupados por el sexo femenino “por así decirlo, es más fácil el campo laboral para a la enfermera que para el hombre, y en el caso de hombres enfermeros hay menos”.
En el tiempo en que estudió podía observarse que en las aulas no había figuras del sexo masculino, sin embargo al correr el tiempo ya han ido apropiándose de los espacios “en mis tiempos cuando yo estudié eran muy poquitos, yo creo que de un salón que éramos unos 40, solo tres eran hombres y ahorita en la actualidad, ya hay un poquito más de varones en los grupos de enfermería y ya te los encuentras un poquito más en la práctica y el trabajo diario”.
Como para ninguna encargada de la salud es fácil transitar por los hospitales menciona que ha sido sujeta a diversos riesgos que son vistos como normales porque suelen suceder en el ámbito de lo laboral “como todos los profesionistas de la salud, pues el que pueda uno contraer alguna enfermedad, por ejemplo, lo veíamos en el caso de Covid-19 de que a veces aunque uno utilice las medidas, pues llega a pasar ese tipo de situaciones, y aún, así te contagias. Yo creo que también pudieran ser las agresiones por parte de los pacientes tanto físicas como verbales, no es muy común las físicas es un poquito más las verbales tanto con los pacientes como con los familiares de éstos”.
Ha laborado en el Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto” aparte de eso, daba clases en la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja Mexicana para incentivar a las nuevas generaciones en el cuidado de la salud de los potosinos.
Aunque actualmente es la coordinadora estatal del Programa de Helicobacteriosis y el programa de Micobacteriosis, que abarca el programa de Tuberculosis y Lepra, gran parte de su vida la ha dedicado al tema operativo, es decir a los cuidados de la gente que enfrenta estas enfermedades, sin embargo hace poco tiempo fue remitida al ámbito administrativo de los Servicios Estatales de Salud, SES, donde obviamente atiende estos males pero también tiene que conseguir todos los insumos para hacerles frente.
“Yo me encargo de todo lo administrativo de la notificación de casos de la solicitud de los medicamentos la solicitud de los insumos, eso es lo que hago actualmente. Anteriormente estaba en nivel operativo, en los mismos programas, es decir, tenía la atención directa con los pacientes ahorita mi trabajo es totalmente administrativo, pero he ejercido desde hace 15 años lo que es propiamente la profesión”.
Aprovechó para concientizar sobre estas enfermedades ya que, afirma, la ciudadanía debe saber que la tuberculosis es una enfermedad que se transmite a través de la vía aérea, por medio de gotitas cuando una persona sana respira las gotitas de saliva que arroja una persona enferma es fácil contagiarse, “es una enfermedad contagiosa pero es cien por ciento curable, siempre y cuando el paciente acuda para que se le haga un diagnóstico oportuno y se le dé tratamiento adecuado, pero si no, puede llegar a ser mortal, en cualquier Centro de Salud realizamos lo que es la detección de la tuberculosis en forma gratuita”.
En cuanto a lepra, es una enfermedad que afecta a la piel, que puede llegar a afectar los nervios con unas manchas medias rojas que aparecen, “que no tienen sensibilidad, que no tienen vello que no tienen sudoración también para esto en las unidades médicas de salud se aplica un cuestionario de riesgo, el médico las valora y hace los estudios necesarios para diagnosticar la enfermedad, la lepra también es cien por ciento curable siempre y cuando se detecte y se dé el tratamiento”.
Como administradora de este programa refiere que tiene que encargarse de conseguir y solicitar todos los insumos necesarios para este tema a nivel federal “los medicamentos para este tipo de pacientes, aparte de eso, también solicito los insumos para hacer los estudios, las pruebas diagnósticas que ellos necesitan y pues me encargo de que se les dé a ellos también un seguimiento, vigilar que ese seguimiento se le siga dando en las Unidades de Salud”.
Como sus padres eran profesionistas, uno era contador público y su madre era maestra de educación primaria considera que eso le ayudó a sacar adelante la profesión “siempre nos impulsaron a mí y a mis hermanos a que estudiáramos algo, a que fuéramos algo, que buscáramos una profesión, mucho me decía mi mamá, “yo cuando me vaya lo único que te voy a poder dejar es tu carrera y con esa tú te vas a abrir paso en el mundo”, entonces yo considero que a ellos se los debo”.
Le gusta pensar que con su trabajo diario está abriendo paso para otras enfermeras, ahora desde el quehacer administrativo refiere que sólo ha habido dos mujeres enfermeras administradoras en el departamento en que se encuentra “yo soy la segunda enfermera que tiene este cargo anteriormente estaba la maestra Angélica que también es enfermera, pero antes de ella este cargo en el que estamos bueno, siempre había sido ocupado por un médico, entonces ahora sí que nosotros vamos abriendo brecha de que se ha hecho bien el trabajo y pues por eso nos siguen considerando”.
En el puesto que desempeña ha encontrado dice un “un poquito de resistencia” porque generalmente se busca que los puestos de alto mando sean generalmente ocupados por doctores, “o sea, lo que es la profesión médica y de ahí, que el que sea un hombre es el que dirija, por ejemplo, sigue prevaleciendo este tema de minimizar lo que puede hacer una mujer. Ya está habiendo un poquito más de esa apertura, pero todavía hasta hace unos años, a mí sí me tocó esa situación de la mujer al cuidado y el hombre a lo que es administrar, a liderar”.