La Organización Mundial de la Salud, (OMS), ha reconocido que en México se consume un alto porcentaje de azúcar, andamos en un 64 por ciento, lo que hace este hábito un exceso. Sin duda alimentarse con 15 o 30 cucharadas de esta sustancia genera enfermedades crónico degenerativas, como es el caso del sobrepeso, obesidad, diabetes y caries.
Se indica que la recomendación es que los adultos consumen entre 5 y 10 cucharaditas de azúcar y los niños de tres a 6 cucharaditas diariamente, sin embargo, consumen tres veces más de esa cantidad. En el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, (Issste), lanza la campaña: “Si le bajas al azúcar ¡Ya previssste, ya la hiciste!”, con la intención de generar conciencia entre la población y alertar sobre los daños por el exceso en el consumo.
El objetivo es involucrar a las y los mexicanos en el cuidado de su salud, se quiere advertir sobre los peligros que conlleva la ingesta desmedida de productos ultraprocesados y con exceso de azúcares, al igual que reforzar el modelo preventivo a través del fomento de hábitos saludables y promoción del autocuidado.
La campaña se difunde entre la derechohabiencia sobre los beneficios de una sana alimentación y también busca concientizar sobre el abuso en el consumo de azúcar.
En el país, 22.1 por ciento de la población se encuentra en riesgo de padecer diabetes, como señala la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, (Ensanut) 2022, del Instituto Nacional de estadística y geografía, INEGI. Al conocer estas cifras se hace necesario modificar los hábitos de alimentación para frenar el desarrollo de la enfermedad; de no hacerlo, en un lapso de tres a cinco años necesitarán algún tratamiento farmacológico permanente para preservar su salud.
Las cifras son alarmantes y, si continúan avanzando, no habrá recursos suficientes para tratarla, pues la diabetes es una enfermedad que se presenta por diversos factores de riesgo no modificables, como: edad avanzada, pertenecer a la población latina con antecedentes familiares, madre, padre o hermanos que viven con este padecimiento, ser mujer gestante o nacer con un peso mayor a 4 kilogramos.
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Los elementos de riesgo modificables se relacionan con sedentarismo, alimentación poco saludable y sobrepeso u obesidad. Si estos hábitos cambian, pueden evitar el desarrollo de diabetes tipo 2, a pesar de contar con una condicionante preexistente.
El consumo de azúcar no causa daño directo al organismo pero la ingesta excesiva sí, debido a que se potencializan el sobrepeso y la obesidad, lo que propicia resistencia a la insulina, concentración elevada de triglicéridos y colesterol (dislipidemia), hipertensión y enfermedades cardiovasculares que incrementan el peligro de infartos.
El Issste cuenta con varias acciones y estrategias para prevenir, tratar y disminuir esta enfermedad, como el programa de Manejo Integral de Diabetes por Etapa, (MIDE), el cual tiene como objetivo la promoción del autocuidado, así como la atención integral para el control metabólico de las personas que viven con esta condición. De igual manera, a través de la campaña “3x1: 3 por mi salud”, se promueve la disminución del consumo de bebidas azucaradas y comida chatarra, además de fomentar la activación física entre la derechohabiencia, lo que también incluye acciones de educación sobre salud y actividades en conjunto con la población.
Además, cuentan con la Guía No. 30 Chikissste, por una infancia sana, se promueve el bienestar de niñas y niños menores de cinco años, con actividades preventivas y de detección oportuna en unidades médicas de primer nivel de atención.