A 6.4 kilómetros del centro de la capital, al sur de la Sierra de San Miguelito, se encuentran un pequeño santuario edificado en honor a la advocación mariana conocida como “Virgen del Chorrito”. Un nombre que se le adjudicó tras varias historias orales de comunidades cercanas que, relatan que esta imagen apareció de entre las enormes piedras de cantera del cerro donde se encuentra, específicamente en Lomas de la Virgen, ubicado en el Barrio de San Juan de Guadalupe.
Hasta el momento se desconoce cuál es el origen de esta escultura que simula a la imagen tradicional de la Virgen de Guadalupe, a la cual sólo se puede acceder luego de una hora de recorrido en caminata.
Según algunos residentes de la zona, mencionaron que a esta imagen religiosa se le conoce por este nombre debido a que en temporada de lluvia, en medio de esta advocación brota un pequeño chorro de agua, lo que consideran un acto milagroso pues tanto los lugareños como visitantes recolectan esta agua a la que le atribuyen grandes beneficios, sobre todo para la salud de los enfermos.
“Se cree que esta imagen y el agua que brota de ella es milagrosa. Mucha gente viene a visitarla tanto el 12 de diciembre como en Semana Santa. La familia del señor Macario Hernández Lazcano es la que se encarga de mantenerla limpia y arreglada. Pues este fue un templo levantado por los primeros lugareños de este lugar”, Juana María Lomelí, asidua visitante.
Hasta el momento se desconoce de donde proviene la imagen plasmada sobre la piedra, los residentes mencionan que de haberla traído una persona a este lugar, se hubiera necesitado de maquinaria especial para moverla, pues la pendiente es alta y el recorrido hacia este sitio es bastante largo.
Por otro lado algunos residentes, ejidatarios y comuneros se han dedicado a documentar un poco y de manera breve sobre este sitio tan singular, que para muchas personas es un espacio de reencuentro religioso, de milagro y esperanza ante las adversidades.
“Mucho se dice que hace algunas décadas, la sequía en San Luis Potosí era muy grave y en un recorrido las personas cercanas a este lugar encontraron esta cuevita, en donde emanaba un chorro claro de agua. En esos tiempos era tal la escasez de agua que nadie ofrecía ni un vaso, pues esto significaba quedarse sin ella. Cuando encontraron este lugar, muchos relatan que se apareció la virgen en el lugar, como un aviso de un milagro”.
Después de ello, se cuenta que las comunidades cercanas llegaron en procesión a ese lugar, específicamente desde la Calzada de Guadalupe, donde caminaron un poco menos de dos horas hasta encontrarlo.
Ahí cientos de creyentes fueron testigos de la imagen grabada sobre la piedra, y del agua que brotaba de ella, como una señal de alivio, pues se dice que no tenían ni un jarro de agua para saciar y calmar la sed, resultado de la sequía de aquellos años, hechos que mencionan sucedieron a inicios del siglo XX.
Luego de esto, los habitantes decidieron hacer oración y pidieron se edificara un santuario para proteger esta imagen religiosa, pero esto no sucedió hasta finales del siglo XX. Levantar una capilla para ellos significaba que cientos de feligreses podían llegar a este lugar a venerarla.
Una acción que hoy día se ha convertido en una tradición, no sólo para las personas que viven cerca de esta zona, sino también para los potosinos y visitantes deseosos de tener un encuentro místico y milagroso con esta advocación.
Actualmente el paso del tiempo ha hecho mella en este lugar tan distintivo e icónico de San Luis Potosí, la imagen de la virgen luce un poco erosionada por el transitar de los años y el recorrer del agua sobre la porosidad de su cantera. No obstante, no deja de significar, fe y esperanza para las y los creyentes católicos, que recorren todo un sendero para poder tener este encuentro personal con la “Virgen del Chorrito”.