El activismo materno se ha convertido en un bálsamo de lucha para Susana Cruz González, madre de familia y víctima colateral del feminicidio de su hija Lupita Viramontes Gonzáles, cometido en el año 2012, en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez.
Este 10 de mayo, Día de las Madres, Cruz González, compartió para El Sol de San Luis, cómo esta tragedia la impulsó para asumir el propósito de construir una lucha colectiva en contra de la violencia y a la par, conducir su dolor a la exigencia de justicia por el feminicidio de su hija.
"Desde mi perspectiva como madre de una victima (pues así me considero), quiero seguir en la búsqueda de justicia para mi hija, pues aun sigue prófugo un sujeto sentenciado por su feminicidio y esa es una de mis grandes muchas, quiero seguir apoyando a las madres que se encuentran inmersas también en la misma situación".
Por lo que Cruz González, se unió en conjunto con otras compañeras, en la creación de un espacio de lucha, en dónde otras madres como ella, han caminado una vereda sinuosa para poder darle justicia a sus hijas.
Se trata de un colectivo que lleva por nombre Por ellas, Por Nosotras y Por todas, un espacio en el cual, el compañerismo se ha convertido en el principal apoyo de madres que buscan articularse para mantener la memoria de sus hija vivas, e incidir en políticas públicas que les beneficien como víctimas, pero que sobre todo que cada acción sea un precedente para que ninguna otra madre atraviese las mismas circunstancias que ellas.
"Estar en este colectivo significa trabajar para impulsar a otras madres a buscar justicia para sus hijas, a veces en la escucha y algunas veces acompañándolas en su proceso. Creo que el activismo va mucho mas allá, pues cada familia o madre requiere de un acompañamiento completo, pero siempre enmarcado en sus tiempos sin ser invasivos", apuntó.
Dentro de esta colectiva y agrupación de madres víctimas han montado toda una revolución social local, con la que buscan embestir a las autoridades revictimizantes y las torturas institucionales que las víctimas colaterales de feminicidio enfrentan día con día.
"El trabajo desde la colectiva es seguir impulsando los casos de feminicidio para que obtengan justicia, darles visibilidad y rescatar “la digna memoria”de quienes les quitaron la voz, solicitar informes en los distintos instituciones involucradas en la imparticion de justicia e incidir socialmente para que haya un cambio en más diligencias que rodean estás muertes de extrema violencia ".
La Sombra de un Feminicidio
La señora Cruz González relató que esta fecha viene a recordarle una vez más, el proceso forzoso que ha tenido que enfrentar como madre víctima, al enfrentarse a un sistema patriarcal que poco a hecho por ella y su familia para obtener justicia para Lupita.
"Ha sido un peregrinar desde el inicio, mi vida y la de mi familia cambió totalmente pues cuando sucedió no se hablaba de la muerte de las mujeres (feminicidio) como ahora, no existía información de cómo se podía llevar ese proceso, por lo tanto, en lugar de vivir mi duelo, nuestra pérdida, cada uno tuvimos que tomar roles para los que no estábamos preparados".
También se enfrentaron a diversas situaciones que vulneraron su seguridad, en dónde en ocasiones su familia se sintió desprotegida, donde el activismo la conllevó a realizar acciones y desarrollar roles para su protección.
"La seguridad de mis hijos se vio vulnerada en todos sus aspectos, por muchos días, meses y años mi vida transcurría en los juzgados, revisando expedientes Me di cuenta de muchas necesidades que tienen las victimas, que puedes pasar muchas horas sentada en una silla esperando a ser atendida, ahí me percate de que si no impulsaba el proceso yo como madre de Lupita, dependía únicamente de la voluntad del o la Ministerio Público y no estaba dispuesta a dejar la muerte de mi hija impune".
Fue en este proceso que Cruz González, decidió demostrarse a si misma y a sus hijos que la justicia existe, pero para ello tendría que trabajar en nuevas formas de protesta, socializar su lucha y denunciar públicamente la impunidad que enfrentan en este tipo de procesos las familias.
"Tenía que demostrarles a mis hijos que la justicia existia y desde ese momento no ha habido para mí un descanso".
Parte del trabajo que realiza esta colectiva, señaló Cruz González, es el llevar a cabo diversas acciones en favor de las víctimas para que quienes cometieron estas acciones tan atroces paguen y se les finquen responsabilidades.
"Por ejemplo, en el caso de mi hija, llevamos a cabo mesas de trabajo con la Fiscalía para dar con el sujeto prófugo. Periódicamente se revisan los expedientes y seguimos visibilizando que la justicia para Lupita Viramontes aun no llega por completo (por lo tanto, la justicia no es pronta ni expedita en nuestro estado) y tampoco sabemos a ciencia cierta si llegará, pero estamos en el proceso de lucha por justicia".
Por último la señora Susana, rememoró a su querida Lupita, quien en este día y como todos los días de su vida no para de extrañarla, pensarla y llorar la, porque su ausencia se ha convertido en un flagelo diario.
"Este 10 de mayo, sin lugar a dudas es un día diferente (por mucho tiempo no me agradaba esa fecha), pero he aprendido a sobrellevar su ausencia, aun me duele mucho no verla ni escuchar su voz es una herida constante, que nunca se supera".