A sus 78 años, pide empleo: “Denme trabajo... la pobreza es fea y duele”

“La pandemia me quitó lo poquito que tenía, y tengo que mejorar la calidad de vida de mis hijos, especialmente de Aidé, mi hija de 17 años de edad con percepción cognitiva" clama don Montalvo

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

  · martes 4 de mayo de 2021

Padre de ocho hijos, quienes padecen varias enfermedades crónico degenerativas, a sus 78 años se debate entre el hambre y el desempleo / Juanita Olivo

El señor Montalvo Martínez trabajó desde muy pequeño para sacar a su familia adelante, después de más de seis décadas de labor en diferentes oficios, ahora continúa enfrentando la pobreza que lo persiguió durante su infancia y que hoy sigue haciendo eco en toda su familia.

Padre de ocho hijos, quienes padecen varias enfermedades crónico degenerativas, ahora a sus 78 años se debate entre el hambre y el desempleo que le ha dejado la presente pandemia. Con una mirada que suplica por ayuda, pide una oportunidad para seguir trabajando.

Juanita Olivo| El Sol de San Luis

“Pónganme a prueba, verán lo cumplidor que soy. Aún tengo por quién seguir trabajando. La pandemia me quitó lo poquito que tenía y ahora me enfrento a la carencia de alguna entrada económica, y sumado a esto, a la atención especial que necesitan mis hijos, pero mayormente mi pequeña Aidé”.

Aidé cuenta con 17 años de edad, sin embargo, tiene una percepción cognitiva de una pequeña de 3 años. Sin hablar claramente y sin poder hacerse cargo de sí misma, hoy depende de la ayuda de ambos padres para poder sobrevivir.

Juanita Olivo| El Sol de San Luis

“Mi amada Aidé ha estado enferma desde que nació. Hemos batallado mucho con su salud y hasta ahora nadie sabe decirnos específicamente qué es lo que tiene. Además, aunque se pudiese saber, no tenemos dinero para poder llevarla a un médico y que la diagnostique. Lo poco que sabemos, es por lo que nos comentaron los pediatras hace ya bastantes años”.

Juanita Olivo| El Sol de San Luis

“Actualmente mi hija depende totalmente de su madre y de mi. No puede ir al baño solita, le tengo que dar de comer papilla y en la boca. Además no sabe percibir los peligros de la calle y de la gente que puede llegar a hacerle algún daño. Es una niña atrapada en el cuerpo de una mujer casi adulta”.

Para este afligido padre encontrar un trabajo que dignifique su vida no ha sido fácil. Al ser un adulto mayor ninguna empresa, patrón o empleador se anima a contratarlo. Toda su familia subsiste gracias al trabajo de uno de sus hijos en la zona Industrial, no obstante, no hay soporte económico suficiente que calme el hambre y las necesidades de los 10 integrantes de esta familia.

Su único patrimonio es un coche de hace más de tres décadas, el cual cuida al detalle. Su techo evidencia la precariedad que le ha acompañado casi toda su vida. Unas láminas de triplay y algunas cortinas, hacen un poco más acogedora su casa, un hogar que sobrevive con grandes carencias.

Su pequeña casa apenas si ocupa los seis metros cuadrados; con dos cuartos, sin agua y luz y, entre los ejes 104 y 110 de la zona Industrial, este padre tiene que caminar una larga distancia para que los vecinos de la zona puedan prestarle un baño y ducha para que su esposa bañe a su hija Aidé.

Juanita Olivo| El Sol de San Luis

“Ha sido terrible para nosotros vivir esto, siempre me pregunto cuándo va a terminar. Yo no pido que se quiten de su comida para que se la den a mi hija, a mi esposa, y a mis otros hijos. Yo lo que ruego es que me den trabajo, estoy fuerte, lúcido y aún tengo qué dar”.

“Mi hija Aidé es la que más necesita ayuda, de todos mis hijos es la única que no puede valerse por sí misma. La gente puede decir que para qué tuve tantos hijos, que por eso batallo, pero nuestra situación no estuvo tan terrible como hasta ahora. Muchos me comentan que la lleve al DIF, al doctor, a una Asociación, pero de qué me sirve si no tengo dinero para su tratamiento, si al verla los doctores me comentan que no se puede hacer mucho, porque ya dejamos pasar bastante tiempo. Yo quiero que alguien nos de esperanza. Que alguien se toque su corazón y me de trabajo, para sacar a mi niña adelante”.

El señor Montalvo, se ha desenvuelto como obrero, ayudante de construcción, empleado en diversas empresas y su perfil indica que es un hombre atento y responsable. Hoy la familia Montalvo Hernández apenas si tiene ingresos para subsistir, es por ello que deja a la disponibilidad un número de celular para cualquier persona que pueda emplearlo (4446682885).

Juanita Olivo| El Sol de San Luis

También invita y solicita de la ayuda de algún médico especialista, que pueda visitar su hogar para la revisión de su hija Aidé, qué le aclare el panorama respecto a su salud y condición física y mental, para poder saber qué es lo que realmente le pasa a su niña.

“Es fea la pobreza, duele. A uno lo tratan como si pidiera un favor en las instituciones públicas. Estos 17 años de vida de mi hija, todos me dicen que ella así siempre va estar, y yo creo que ella puede mejorar si nos enseñan cómo. Ya estamos viejos y necesitamos que Aidé pueda mejorar su calidad de vida, por si llegamos a faltar, tengo miedo de dejarla al desamparo y que algo malo le pase. Ayúdennos por favor”.