El inesperado abandono de Rocío Leticia Zavala García, de su encargo como coordinadora de la Unidad de Gestión del Centro Histórico, dejó a la deriva el trabajo de casi tres años para regular el ambulantaje; ahora, el encargado de esa dependencia, Gonzalo Bárcenas Reyes, anuncia un nuevo diagnóstico “para tomar las mejores decisiones”.
Hasta el momento, según datos de la misma Unidad de Gestión del Centro Histórico, solamente en esa zona operan actualmente mil 700 ambulantes, y diariamente se detectan nuevos que, por no contar con autorización, son desalojados. No hay, se insistió, nuevos permisos.
Sin embargo, en determinadas temporadas se otorgan permisos provisionales o se detecta a vendedores permitidos que cambian de giro, como ocurre en fechas como el Día del Amor, Día de las Madres o en la época de frío que se comercializan bufandas, gorros y guantes, lo que da una falsa percepción de que hay más.
No obstante, mención aparte merecen los llamados vendedores “toreros” que, recorren las calles del primer cuadro para sortear a los inspectores municipales, cuyo aumento es notable.
Al inicio de la actual administración municipal, había solamente media docena de este tipo de vendedores; hoy se han contabilizado entre 25 y 30 que comercializan desde artesanías, miel, flores y hasta productos de dudosa procedencia, como prendas de vestir sueltas o perfumes.
Bárcenas Reyes supuestamente trabaja en un nuevo diagnóstico de las condiciones en las que está hoy el ambulantaje en el Centro Histórico; admite que hay sitios donde el comercio popular se concentra, como lo es la explanada “Ponciano Arriaga” o la plaza del Carmen y alrededores.
“Lo que implica ahorita es el estudio completo, y a partir de ahí tomar las mejores decisiones; es mi responsabilidad generar un primer planeamiento, tener esa herramienta…”, indica.
Asimismo, insiste que el comercio informal tiene aristas muy claras, pero no se debe dejar a un lado el dialogar para buscar esquemas tanto de alineación, ordenamiento y oportunidad.