A Mario nunca le dijeron oficialmente que su padre tenía Covid-19, se enteró cuando le notificaron su muerte en el Hospital General de Zona número 2 del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, además le entregaron su cuerpo varias horas después de muerto. Fue un peregrinar para su familia el proceso de cremación, aunque siempre le preguntaron “ya tiene funeraria?”, querían lucrar con la muerte de su ser querido.
El pasado 5 de agosto a las 9:00 de la mañana le notifican vía telefónica a Mario y a su familia que su padre había muerto, a la hora inmediata llegó al IMSS de Cuauhtémoc donde en el área de Covid le dieron a conocer a su hermano que había fallecido por esta pandemia que azota al mundo entero, a la familia nunca se les notificó oficialmente de este diagnóstico, pues su padre entró con Neumonía al nosocomio.
Desde el principio de que estuvo ahí, supo que había muchas irregularidades en el IMSS, la primera de ellas es que llegó con diagnóstico de Neumonía y al día siguiente de estar ahí les llaman para decirles que había muerto, un desgarrador mensaje que cimbró incluso a la familia que estaba en Estados Unidos pendiente del Estado de Salud de su padre, al presentarse ahí para los trámites correspondientes la doctora Rentería les dijo “usted disculpe, los del turno de la tarde se equivocaron”.
Otro de los pormenores que se presentaron durante la convalecencia de su padre fue que al poco tiempo les dijeron que le practicarían la prueba de Covid-19, pero al cuestionar diariamente sobre los resultados, nunca se los daban, no sabían que era portador del virus; mismo que aseguran contrajo ahí mismo en el nosocomio. Al menos todos lo refieren.
Más anomalías se presentaban cuando diariamente les daban razón de su padre, sólo le decían que estaba con un 20 por ciento de sobrevivir, pero no había más datos, nunca de Coronavirus.
Finalmente murió en los primeros días de agosto, lo llamaron y le notificaron el fatal desenlace que viene acompañado de diversas contrariedades, la primera fue que le hacen firmar un documento a su hermano donde reconocía que su padre tenía Covid, enfermedad que nunca les notificaron, incluso al cuestionar fuertemente a la Doctora Rentería sobre un documento oficial, ella se desprendió de una copia personal que tenía para sus archivos, para deshacerse de los familiares rijosos.
Posteriormente los quisieron canalizar a unos servicios funerarios, pero su hermano ya tenía un seguro con Tangassi, donde se tardaron casi doce horas para ir a recoger el cuerpo de su padre e iniciar los procedimientos correspondientes; el argumento fue que hay mucho trabajo en esta época de emergencia sanitaria.
También denuncia que al momento de querer reconocer el cadáver de su padre, se encontró que en la zona de frío como le llaman en el IMSS a la morgue, son muchos los cadáveres que esperan para ser manejados por las funerarias, además que hay un pasillo lleno de camillas, que están contaminadas con el virus, ahí no sólo están ubicados los difuntos del Coronavirus sino los que cursaban otra enfermedad, es decir sí el virus sigue ahí, puede alcanzar a los cuerpos que no tenían la enfermedad y ocasionar más daños sí es que son velados; en fin la cadena de contagio nunca acaba.
La funeraria llegó y aun así, se tardaron horas, el argumento la fuerte carga de trabajo que tenían. Al trasladar el cuerpo de su padre, hubo quienes querían hacer su agosto y sacar provecho de la situación, pues los de la funeraria les pedían para “el chesco” para dejar ver a su padre, su hermano que no fue a reconocer el cadáver se quería despedir y a dos cuadras del nosocomio, ya salido el cuerpo les dio 200.00 pesos para que a una sana distancia lo dejaran verlo por última vez.
También les habían dicho que las cenizas las entregarían a las 01:00 de la mañana y terminaron recibiéndolas a las 04:00 de la mañana, hecho que los tuvo en un constante penar.
Cuando por fin, les entregan las cenizas de su padre, en la funeraria, todavía querían hacer su negocio, querían venderles una urna más elegante, más propia, pues en el seguro que habían adquirido estaba una muy sencilla, aunado también de esta circunstancia, los querían hacer que se dirigieran a la notaría número 5 donde para más rapidez del proceso de certificado de defunción les querían cobrar 200.00 pesos más, situación que calificaron como intolerable porque sólo querían sacar provecho de su desgracia.
Así, como esta familia, muchos más viven la situación, aunque las autoridades sanitarias han bajado las estadísticas de contagios, ellos como testigos de la enfermedad afirman que son muchos los cadáveres en la morgue, la demanda de funerarias también es amplio, las notarías también tienen fuerte carga de trabajo y a las afueras de los hospitales se ha incrementado el número de personas que esperan conocer el estado de salud de sus familiares, lo que significa que es brote de enfermos.