8M: 124 mujeres pasaran en prisión el Día Internacional de la Mujer

Hay pocas oportunidades para una verdadera reinserción a la sociedad

Bertha Escalante | El Sol de San Luis

  · martes 8 de marzo de 2022

Cortesía | @ricardogallardomx FB

En San Luis Potosí, 124 mujeres pasaran en prisión el Día Internacional de la Mujer, como resultado de su probable responsabilidad en delitos como distribución de droga, narcomenudeo, delincuencia organizada, homicidio, robo y secuestro, tres de ellas con sus hijos menores de edad.

Ese es el caso de Lucy “la Güera” y de Lidia, quienes purgan distintas condenas en el penal de La Pila, al declarárseles culpables de atroces delitos que ellas admiten, y detrás de los cuales hay hombres que figuran como sombras que marcan sus destinos; papás, tíos, hermanos, novios, esposos, hijos…

En los penales, donde lo imposible se hace posible, donde la ley de la más fuerte se impone aun sin darse cuenta, donde a falta de voluntades y esfuerzos hay pocas oportunidades para una verdadera reinserción a la sociedad, se tejen historias, sueños e ilusiones, alimentadas unas por el deseo de salir y reunirse con padres, hijos y esposos, mientras que a otras; les alimenta el deseo de salir para cobrar venganza o desquitarse de aquellos que les hicieron daño o por quienes están ahí.

No valgo un comino…por estúpida y ambiciosa, seguí el camino equivocado, no me importaron mis hijos por sentirme chingona. Pero todo tiene un porqué, una raíz, y ésta es más simple de lo que te imaginas

Con estas palabras, “la Güera” comienza a contar su historia dentro del ámbito delictivo en el cual se adentro a los 9 años, luego de la muerte de su madre "quede bajo la tutela de mi padre junto con mi hermano ciego, y sin ir a la escuela no tenía nada que hacer, más que acompañarlo a trabajar como él decía, en billares y cantinas todos los días y un día mientras estábamos en casa tocaron a la puerta y papá me dijo ‘ve tu mija, y dale esta bolsita al señor y el te va a entregar 200 pesos’.

Yo no sabía lo que hacía, pero al paso del tiempo conociendo a sus amistades y todo lo que hacíamos, entendí que mi padre hacía de mi una vendedora de cocaína, como él, a los 15 años ya era una delincuente, vendía cocaína ¡A Puños!, aún más ¡por kilos!

A los pocos meses cuando la policía ministerial detiene a su padre, Luz, se va a vivir con su hermana quien la adopta, sin embargo eso no pudo ser más que una catapulta a su ya amplia carrera delictiva.

Sentí que era una bendición del cielo pero no, mi hermana me llevaba a las cantinas a tomar para que le pagaran por mí como fichera, luego quiso prostituirme pero no me dejé, enseguida sale mi papá de la cárcel y nos vamos a vivir juntos, él siguió haciendo de las suyas, mi hermano y yo seguíamos su ejemplo

Luego de convertirse en una mujer rebelde sin gobierno y delincuente, no paso mucho tiempo en que fuera cooptada por grupos delincuenciales, “nos dedicábamos vender drogas, robar, matar, destazar y demás, estoy aquí por el delito de secuestro exprés agravado y robo calificado, mantengo la calma y soy entusiasta, tengo fe voy a volver, aunque el mundo se encuentre al revés yo mantendré una sonrisa porque sé que las cosas van a cambiar una día, para bien”.”.

A sus 22 años, la “Güera” tiene fe en que las cosas serán mejor, no habla de injusticias, de si está bien o mal estar en prisión los delitos que cometió, tampoco menciona extrañar algo del mundo en el que creció, solo la añoranza perdida de un día haber ido a la escuela.

Su caso no es tan diferente a la que vivió Lidia, para quien también, el penal de La Pila, se ha convertido en su nuevo hogar debido a su amplia carrera delictiva.

Me llamo Lidia, a los 8 años de edad fui violentada sexualmente por mi tío, casi frente a mi abuela sin que ella se diera cuenta, rara vez estaba sobria pero era una buena vendedora de marihuana y cocaína y nos ponía a maquilarla, un día los militares y policías la detuvieron junto con mis hermanas mayores, y mi madre nos abandono a las dos que quedábamos

Pasado el tiempo, a sus trece años y ante las deudas por el consumo de drogas con quien consideraba su novio y amigo, Lidia vivió su peor semana en manos de cuatro sujetos, lo que aumento sus adicciones.

Tiempo después y con el apoyo de un buen hombre, supero su pasado pero un hecho familiar le devolvió a un nuevo vicio, robar; en lo que involucro a su pareja con bandas foráneas bien organizadas que con uno o dos robos a la semana eran suficientes para vivir la gran vida.

No teníamos compasión por nadie en cada atraco golpeábamos a los dueños, no teníamos limite y a bord9o de tres camionetas operábamos en varios puntos del estado, en una vida sin control ni freno, mis hijos imploraban que paráramos ignorándolos por completo

Fue un domingo 17 de diciembre cuando la vida le puso un alto a su desenfrenada carrera, después del robo a una tienda de ropa de marca, Lilia fue detenida, “los ministeriales” encontraron el producto del robo, ropa, armas, cartuchos, televisores, y otros productos anteriormente robados.

Ahora solo espero mi sentencia y aguardo conforme, estoy consciente de que hice mucho daño a mucha gente, solo pido fuerza para soportar lo que venga

De acuerdo con Marcela García, titular del Instituto de las Mujeres del Estado, quien ha encabezado también una intensa lucha por los derechos, la dignidad y superación de las mujeres privadas de su libertad, admite, que faltan voluntades y esfuerzos para promover programas educativos, de salud y desarrollo personal que puedan contribuir a la conversión de todas aquellas que encontraron en la delincuencia una forma de vida.

Es un sector marginado, el tema de reinserción social no cuenta con un programa con un diseño especial para la reinserción, necesitamos trabajar en él, y garantizarles a las mujeres los cinco ejes de la reinserción sus derechos y que esté preparada cuando salga del penal, las mujeres no tienen garantizado el derecho al empleo, la salud, la educación, no están garantizados los juicios con perspectiva de género

De las 124 mujeres privadas de su libertad en los penales potosinos, 86 se encuentran en La Pila, y el resto distribuidas, en Rioverde 13, en Ciudad Valles 17, en Xolol cuatro y en Tamazunchale tres.