Dañada a principio de 2020 por un aparente percance vial y después de promesas de anterior administración municipal de que sería reparada, este lunes iniciaron los trabajos para recuperar una de las tres cajas de agua que antiguamente abastecían a la ciudad.

Se trata de la conocida como “Cajita del Agua” o “Caja de Agua del Santuario” –su nombre correcto es “Columnaria del santuario”- que, junto con “La Cochita” y “La Conservera, ésta última símbolo de la ciudad, formaban parte del sistema hidráulico que en el siglo XIX trasladaba el vital líquido desde la Cañada del Lobo a la ciudad, principalmente a la zona de los barrios de San Miguelito y San Sebastián.

El alcalde capitalino, Enrique Francisco Galindo Ceballos, supervisó el inicio de los trabajos para recuperar ese monumento de la ciudad, y recibió una explicación de las restauradores; destacó que esta restauración forma parte también del proyecto “Paseo Esmeralda”.

Se ubica en el cruce que forman la Calzada de Guadalupe y la calle Fernando Montes de Oca, a un costado de la Basílica Menor de Guadalupe, justo frente al jardín de niños “La Paloma”.

Hace años, el antiguo abastecedor de agua -que también se le conoce como “Caja del Santuario”- se mantuvo protegido con una balaustrada de columnas con rejas de hierro, debido a que por su ubicación estaba expuesta a un posible accidente, por el tránsito de vehículos.

Esa protección cumplió con su cometido, pues terminó impactada en varias ocasiones; luego fue retirada para reparación, pero no fue reinstalada.

Galindo Ceballos reconoció la intervención de la directora de Turismo Municipal, para conseguir el recurso federal para la recuperación de la “Columnaria del Santuario”; otra parte será aportada por el mismo municipio.

Cabe destacar que, durante la administración municipal anterior, se prometió en varias ocasiones que se realizaría la reparación y nunca se hizo; inclusive, el entonces delegado del INAH y hoy secretario de turismo estatal, Juan Carlos Machinena, también ofreció intervenir e, inclusive, aseguraba que ya se tenía un proyecto.