/ martes 26 de abril de 2022

#LoMásVisto2022 | Uno no escribe solo: Jorge Drexler regresa con nuevo disco

A propósito de la salida de su nuevo disco, el uruguayo habla de cómo se vio afectado su proceso creativo durante la pandemia

Jorge Drexler regresó a la escena musical con un nuevo disco titulado Tinta y tiempo, una producción que refleja las múltiples formas en que el confinamiento derivado de la pandemia afectó creativamente al músico, quien ha dicho que se trató de un trabajo difícil, el cual estuvo cerca de no existir.

En entrevista con El Sol de México, el cantautor dijo que la pandemia le dificultó mucho el proceso compositivo, porque en un inició pensó que durante el aislamiento iba a ser fácil trabajar sin la presencia de otras personas:

“Pero me di cuenta de que no, de que uno no escribe solo, sino con la presencia de terceros, en ese acto de mostrar una canción a quien tienes cerca, eso es parte del proceso compositivo, el momento que tienes para contarle la canción a alguien y planteársela y luego terminas de ajustar los detalles”.

El autor de canciones como “Me haces bien” y “Todo se transforma” admite que depende mucho de la comunicación con el otro y que al no contar con ello durante la pandemia, sumado al estado de ánimo que esta provocó, le hizo muy difícil el proceso.

Y precisamente esta situación, que el uruguayo define como “una pequeña pequeña crisis compositiva”, es la que se plantea en la canción que da título al disco:

Foto: Cortesía

“Pero me cuesta esperar,

y cuando toca decantar

lentamente lo que siento

yo me impaciento...

Luego lo vuelvo a intentar”

En retrospectiva, Drexler asegura que al inicio de su carrera sí podía trabajar de una manera más solitaria:

“El primer disco mío que salió ya hace 30 años, creo que sí lo escribí en soledad porque todavía no tocaba las canciones en vivo… Pero inmediatamente después me di cuenta de que no alcanzaba simplemente con escribirlas y ponerlas en un estudio de grabación; que era importante lo que yo emitía con las canciones y que recibía información cuando estas rebotaban en las realidades de las otras personas, por eso mi segundo disco se llama Radar, porque ahí donde me di cuenta de que yo dependía de lo que me devolvían otras personas también”.

Es por ello que se asume como alguien especialmente gregario, sobre todo a partir de la pandemia, una experiencia de la que asegura que también surgieron cosas positivas, como estar en casa con su familia, sin estar viajando:

“Aprendí a vivir sin jet lag, aprendí a estar en mi casa, a estar tranquilo y a hacer ejercicio de manera regular en mi casa, porque estaba encerrado con mis hijos… Como artista me gusta más la vida normal la verdad, me gusta quedar con gente, tocar la guitarra los domingos con los amigos después de una comida, viajar, conocer a otros músicos, otros lugares, vivir experiencias…
La soledad impuesta no es tan linda como la soledad opcional.

Hablando de trabajar en equipo, en esta producción el artista se rodea de productores como Carles “Campi”, quien ha trabajado con él desde el disco Cara B, además de su hijo Pablo, quien produce “Tocarte” y “Duermevela”, y Rafa Arcaute y Fede, que lo apoyan en “El día que estrenaste el mundo”, entre otros.

Drexler se muestra especialmente orgulloso de la canción “Tinta y tiempo”, en la cual realizó una serie de experimentos nuevos para él, aunque al final admite que musicalmente el resultado se encuentra en la misma línea del territorio folklórico en el cual ya
se ha movido otras veces.

“Tinta y Tiempo es una meta canción, porque es una canción que habla sobre el acto de escribir canciones, es como si me hubiera explicado a mí mismo cuál era mi trabajo y cómo se hacía, como si me hubiera olvidado durante la pandemia de lo que se trataba mi trabajo y tuviera que explicármelo de vuelta”, asegura.

Foto: Cortesía

En contraparte, el disco incluye canciones más novedosas con respecto al estilo que le conocemos, como “Tocarte”, en colaboración con C. Tangana, que es una canción sugerente, muy en la línea del pop urbano que está hoy tan en boga, aunque al mismo tiempo muy fina.

“Esa era la idea -responde- hay temas como las canciones sugerentes que para mí tienen que ser afrontados así, frontalmente y poner a hablar con las palabras claras y decir las cosas claras pero que no por eso vas a perder la elegancia en el trayecto, para mí eso es muy importante y algo en lo que estuvimos de acuerdo con C. Tangana… Él escribió la primera mitad de la canción y yo escribí la segunda de la letra, la hicimos toda en un día, durante cinco horas, y así como se hizo ese día así quedó terminada, así trabaja Tangana y a mí me gustó mucho esa manera de trabajar”, defiende.

Sobre la relación con el artista español, que el año pasado publicó uno de los discos más populares de la temporada, titulado El Madrileño, Drexler cuenta que le gusta trabajar con él porque aprende mucho y espera que sea algo recíproco.

Y es que después de hacer juntos “Tocarte”, ambos produjeron juntos otras canciones como “Nominao” y “Hong Kong”.

Al respecto, asegura que las colaboraciones siempre implican que cada uno de los involucrados vayan un poco hacia el terreno del otro:

“Yo aprendí mucho acercándome a él y creo que él se viene mucho a mi territorio en “Nominao”, porque esa canción suena más a mí que a él, pero de alguna manera el texto, el ambiente y la aproximación sí que los pone C. Tangana”.

LA “COLABORACIONITIS”

Jorge Drexler no es ajeno a la tendencia, hoy tan de moda, de hacerse acompañar por otros artistas en sus canciones y asegura que le gusta mucho colaborar con gente diferente a él. Ante el planteamiento de que muchos artista recurren a esta fórmula para tener mayor éxito, el músico revira:

“Los músicos nos hemos dado cuenta de que el algoritmo de Spotify y de otras plataformas saltan mucho y avanzan cuando aparecen dos nombres juntos y tú puedes elegir utilizarlo como una herramienta de marketing o lo puedes hacer como una herramienta creativa… Yo, si te soy sincero, lo utilizo como una herramienta creativa cuando llamo a alguien como Rubén Blades, como C. Tangana, Noga Erez o Martín Buscaglia… Hay nombres muy conocidos y otros no muy conocidos (pero) si uno hiciera eso solamente para obtener rédito mediático, podría estar llamando a mucha otra gente, sin embargo cuando me interesa trabajar con un artista por una canción en particular, siempre es con una intención artística, de crecer artísticamente, de tratar de escribir mejores canciones y de avanzar en mi dominio del género”.

Y hablando del dominio del algoritmo en las plataformas de renta de la música, en esa línea se desarrolla otra canción llamada “¡Oh, algoritmo!”, en la que Drexler se hace acompañar de la cantante israelí Noga Erez.

“Esa canción la hicimos por Zoom de ida y vuelta con ella: Yo estaba en el estribillo, se lo mandaba y ella hacía las estrofas; yo tomé su melodía y escribí las estrofas en castellano sobre lo que ella había mandado y así fuimos de ida y vuelta”, comenta acerca del track, que reza en una de sus partes:

Foto: Reuters

“¿Quién quiere que yo quiera lo que creo que quiero?

¡Dime qué debo cantar, Oh, Algoritmo!

¡Sé que lo sabes mejor, incluso, que yo mismo!”

Finalmente, destaca otro corte
titulado
“Amor al arte”, en la que el músico le da la vuelta a la connotación que suele dársele comúnmente a esta frase:

“Sí, el estribillo dice: Cobra lo que tengas que cobrar, pero hazlo por amor al arte. Es decir, sí tienes que cobrar mucho cobra mucho y si tienes que hacerlo gratis, hazlo gratis, pero en ambos casos hazlo con amor. Es lo que diferencia a un acto hecho con conciencia de un acto hecho inconscientemente, digamos que a mí me gusta que la presencia del amor esté en las cosas que hago y creo que todo el mundo debería considerar su profesión así, como algo sagrado… Yo me la tomo muy en serio y voy hasta el fondo en las cuestiones”, subraya.

Esa intensidad a la que se refiere se nota tanto en lo escrupuloso de sus producciones musicales como en la escritura de sus letras, que suelen fluir calculadamente entre la sensibilidad y el intelecto.

Y es una característica que se nota siempre, incluso en sus encuentros con la prensa, que más que entrevistas de rutina suelen ser prácticamente exámenes en los que el reportero está obligado a conocerlo todo sobre su carrera, incluso los detalles mínimos.

Así es como llega Jorge Drexler a su doceavo asalto discográfico: Tomándose más en serio que nunca, en un trabajo que evidencia la necesidad de un aire renovador que por fortuna se consigue. Bien por él.

Lee también otros contenidos de Normal ⬇️

Jorge Drexler regresó a la escena musical con un nuevo disco titulado Tinta y tiempo, una producción que refleja las múltiples formas en que el confinamiento derivado de la pandemia afectó creativamente al músico, quien ha dicho que se trató de un trabajo difícil, el cual estuvo cerca de no existir.

En entrevista con El Sol de México, el cantautor dijo que la pandemia le dificultó mucho el proceso compositivo, porque en un inició pensó que durante el aislamiento iba a ser fácil trabajar sin la presencia de otras personas:

“Pero me di cuenta de que no, de que uno no escribe solo, sino con la presencia de terceros, en ese acto de mostrar una canción a quien tienes cerca, eso es parte del proceso compositivo, el momento que tienes para contarle la canción a alguien y planteársela y luego terminas de ajustar los detalles”.

El autor de canciones como “Me haces bien” y “Todo se transforma” admite que depende mucho de la comunicación con el otro y que al no contar con ello durante la pandemia, sumado al estado de ánimo que esta provocó, le hizo muy difícil el proceso.

Y precisamente esta situación, que el uruguayo define como “una pequeña pequeña crisis compositiva”, es la que se plantea en la canción que da título al disco:

Foto: Cortesía

“Pero me cuesta esperar,

y cuando toca decantar

lentamente lo que siento

yo me impaciento...

Luego lo vuelvo a intentar”

En retrospectiva, Drexler asegura que al inicio de su carrera sí podía trabajar de una manera más solitaria:

“El primer disco mío que salió ya hace 30 años, creo que sí lo escribí en soledad porque todavía no tocaba las canciones en vivo… Pero inmediatamente después me di cuenta de que no alcanzaba simplemente con escribirlas y ponerlas en un estudio de grabación; que era importante lo que yo emitía con las canciones y que recibía información cuando estas rebotaban en las realidades de las otras personas, por eso mi segundo disco se llama Radar, porque ahí donde me di cuenta de que yo dependía de lo que me devolvían otras personas también”.

Es por ello que se asume como alguien especialmente gregario, sobre todo a partir de la pandemia, una experiencia de la que asegura que también surgieron cosas positivas, como estar en casa con su familia, sin estar viajando:

“Aprendí a vivir sin jet lag, aprendí a estar en mi casa, a estar tranquilo y a hacer ejercicio de manera regular en mi casa, porque estaba encerrado con mis hijos… Como artista me gusta más la vida normal la verdad, me gusta quedar con gente, tocar la guitarra los domingos con los amigos después de una comida, viajar, conocer a otros músicos, otros lugares, vivir experiencias…
La soledad impuesta no es tan linda como la soledad opcional.

Hablando de trabajar en equipo, en esta producción el artista se rodea de productores como Carles “Campi”, quien ha trabajado con él desde el disco Cara B, además de su hijo Pablo, quien produce “Tocarte” y “Duermevela”, y Rafa Arcaute y Fede, que lo apoyan en “El día que estrenaste el mundo”, entre otros.

Drexler se muestra especialmente orgulloso de la canción “Tinta y tiempo”, en la cual realizó una serie de experimentos nuevos para él, aunque al final admite que musicalmente el resultado se encuentra en la misma línea del territorio folklórico en el cual ya
se ha movido otras veces.

“Tinta y Tiempo es una meta canción, porque es una canción que habla sobre el acto de escribir canciones, es como si me hubiera explicado a mí mismo cuál era mi trabajo y cómo se hacía, como si me hubiera olvidado durante la pandemia de lo que se trataba mi trabajo y tuviera que explicármelo de vuelta”, asegura.

Foto: Cortesía

En contraparte, el disco incluye canciones más novedosas con respecto al estilo que le conocemos, como “Tocarte”, en colaboración con C. Tangana, que es una canción sugerente, muy en la línea del pop urbano que está hoy tan en boga, aunque al mismo tiempo muy fina.

“Esa era la idea -responde- hay temas como las canciones sugerentes que para mí tienen que ser afrontados así, frontalmente y poner a hablar con las palabras claras y decir las cosas claras pero que no por eso vas a perder la elegancia en el trayecto, para mí eso es muy importante y algo en lo que estuvimos de acuerdo con C. Tangana… Él escribió la primera mitad de la canción y yo escribí la segunda de la letra, la hicimos toda en un día, durante cinco horas, y así como se hizo ese día así quedó terminada, así trabaja Tangana y a mí me gustó mucho esa manera de trabajar”, defiende.

Sobre la relación con el artista español, que el año pasado publicó uno de los discos más populares de la temporada, titulado El Madrileño, Drexler cuenta que le gusta trabajar con él porque aprende mucho y espera que sea algo recíproco.

Y es que después de hacer juntos “Tocarte”, ambos produjeron juntos otras canciones como “Nominao” y “Hong Kong”.

Al respecto, asegura que las colaboraciones siempre implican que cada uno de los involucrados vayan un poco hacia el terreno del otro:

“Yo aprendí mucho acercándome a él y creo que él se viene mucho a mi territorio en “Nominao”, porque esa canción suena más a mí que a él, pero de alguna manera el texto, el ambiente y la aproximación sí que los pone C. Tangana”.

LA “COLABORACIONITIS”

Jorge Drexler no es ajeno a la tendencia, hoy tan de moda, de hacerse acompañar por otros artistas en sus canciones y asegura que le gusta mucho colaborar con gente diferente a él. Ante el planteamiento de que muchos artista recurren a esta fórmula para tener mayor éxito, el músico revira:

“Los músicos nos hemos dado cuenta de que el algoritmo de Spotify y de otras plataformas saltan mucho y avanzan cuando aparecen dos nombres juntos y tú puedes elegir utilizarlo como una herramienta de marketing o lo puedes hacer como una herramienta creativa… Yo, si te soy sincero, lo utilizo como una herramienta creativa cuando llamo a alguien como Rubén Blades, como C. Tangana, Noga Erez o Martín Buscaglia… Hay nombres muy conocidos y otros no muy conocidos (pero) si uno hiciera eso solamente para obtener rédito mediático, podría estar llamando a mucha otra gente, sin embargo cuando me interesa trabajar con un artista por una canción en particular, siempre es con una intención artística, de crecer artísticamente, de tratar de escribir mejores canciones y de avanzar en mi dominio del género”.

Y hablando del dominio del algoritmo en las plataformas de renta de la música, en esa línea se desarrolla otra canción llamada “¡Oh, algoritmo!”, en la que Drexler se hace acompañar de la cantante israelí Noga Erez.

“Esa canción la hicimos por Zoom de ida y vuelta con ella: Yo estaba en el estribillo, se lo mandaba y ella hacía las estrofas; yo tomé su melodía y escribí las estrofas en castellano sobre lo que ella había mandado y así fuimos de ida y vuelta”, comenta acerca del track, que reza en una de sus partes:

Foto: Reuters

“¿Quién quiere que yo quiera lo que creo que quiero?

¡Dime qué debo cantar, Oh, Algoritmo!

¡Sé que lo sabes mejor, incluso, que yo mismo!”

Finalmente, destaca otro corte
titulado
“Amor al arte”, en la que el músico le da la vuelta a la connotación que suele dársele comúnmente a esta frase:

“Sí, el estribillo dice: Cobra lo que tengas que cobrar, pero hazlo por amor al arte. Es decir, sí tienes que cobrar mucho cobra mucho y si tienes que hacerlo gratis, hazlo gratis, pero en ambos casos hazlo con amor. Es lo que diferencia a un acto hecho con conciencia de un acto hecho inconscientemente, digamos que a mí me gusta que la presencia del amor esté en las cosas que hago y creo que todo el mundo debería considerar su profesión así, como algo sagrado… Yo me la tomo muy en serio y voy hasta el fondo en las cuestiones”, subraya.

Esa intensidad a la que se refiere se nota tanto en lo escrupuloso de sus producciones musicales como en la escritura de sus letras, que suelen fluir calculadamente entre la sensibilidad y el intelecto.

Y es una característica que se nota siempre, incluso en sus encuentros con la prensa, que más que entrevistas de rutina suelen ser prácticamente exámenes en los que el reportero está obligado a conocerlo todo sobre su carrera, incluso los detalles mínimos.

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