Cuando un artista alcanza la popularidad que tienen los colombianos Morat, no puede desdeñar la importancia que tienen los números en su carrera. En el caso de esta agrupación, basta con destacar que han conseguido dos discos de diamante, 55 de platino y ocho de oro, además de contar con casi 11 millones de escuchas mensuales, tan solo en la plataforma Spotify.
Por ello es relevante que hace unos días el conjunto informó que su cuenta oficial de Instagram, en la que tenían la nada despreciable cantidad de 2.4 millones de seguidores, fue hackeada. De pronto se habían eliminado todas las publicaciones del grupo y toda la información de su perfil, donde de pronto sólo se vio un video corto en el que se mostraban estadísticas.
Mientras tanto, la banda que recientemente se presentó en el festival Pa’l Norte -y que, hablando de números, consiguió llenar 11 veces el Auditorio Nacional durante su última gira- ahora se prepara para presentar su cuarto disco de estudio.
Y ya entrados en ese tema, los integrantes del grupo destacan que quieren darle un giro de 360 grados -sic- a su propuesta, empezando por diversificar tanto las letras como los temas de sus canciones.
Trascender el mercado latino
Consciente de que muchos los consideran una especie de emisarios del romanticismo, Juan Pablo Isaza cuenta a El Sol de México que su grupo es mucho más que eso:
“Siempre nos hemos mostrado como una banda consciente que si bien se puede englobar en canciones amor y desamor, también somos lo que decimos en las entrevistas, lo que posteamos en las redes sociales y el cómo nos mostramos con el público y en nuestros shows”.
Y hablando de definiciones, cuenta que aunque están orgullosos de su origen colombiano, ven a Morat como una banda global:
“Somos globales porque queremos trascender el mercado latino, porque sabemos que nuestro techo es mucho más alto (...) también somos orgullosamente colombianos, pero a pesar de ello queremos ser globales”, agrega Juan Pablo Villamil.
Cuentan que quieren construir una banda totalmente renovada, con nuevas propuestas que vayan desde lo visual hasta lo musical.
“Durante la pandemia llegó un momento en que vimos todo desde otra perspectiva, fue como pararnos en una carretera en donde íbamos a un ritmo salvaje porque hacíamos un montón de conciertos al año y no parábamos ni nos deteníamos a ver algunos aspectos que teníamos descuidados”, agrega Simón Vargas, bajista de la agrupación.
Dicen que aunque la pandemia fue un contratiempo para todos, el confinamiento les fue muy útil para definir diversos aspectos sobre ellos:
“A nosotros nos vino muy bien la pandemia en el sentido que nos dio tiempo suficiente para la planeación, composición, preproducción y producción de nuestro cuarto disco y eso dio pie a que el proyecto resultara muy acorde a lo que queríamos que fuera”, dice Villamil.
Fue entonces que se dieron cuenta de que la banda necesitaba una renovación en muchos aspectos:
“Llegó un momento en el que sentimos que nuestro logo se veía viejo, pero más que viejo, no sentíamos que representara lo que estábamos escribiendo, fue así que decidimos irnos a Los Ángeles a grabar de una manera totalmente diferente y nos dimos cuenta de que nuestra manera de trabajar podía mejorar en muchos aspectos”, cuenta Simón.
Así, en aras de una reinvención estética y musical, Morat puso manos a la obra para moldear una versión nueva de ellos mismos:
“Nos hemos cuestionado más la parte musical, es decir; por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo y por qué suena como suena. Pero ahora también nos hacemos cuestionamientos de la parte estética y esa parte es un elemento fundamental del proyecto que tiene un potencial gigantesco que no habíamos explotado antes”, añade Juan Pablo.
De acuerdo con la agrupación algunos de los aspectos que podrán ver sus fans en un Morat renovado son:
“Primero la parte visual: el cómo nos vemos y el styling de cada video, pero también la propuesta visual del show, como el diseño de luces y de escenario. Nuestros shows traerán un nuevo concepto que va más allá de llegar, cantar e irnos; hemos profundizado en todo lo que hay detrás para transmitirle a la gente y que no sólo se lleve lo que escucha, sino también lo que ve, expresó el baterista Martín Vargas.
Aseguran que su evolución musical es clara y coherente, que estará llena de sorpresas y que dejará con la boca abierta a más de uno:
“El cambio musical es algo que la banda ya pedía. O sea, los cuatro nos dimos cuenta de que había un campo enorme por explorar”, dice Martín Vargas.
Y aseguran que las letras de sus nuevas canciones van a abordar temas que no habían estado ni cerca de tocar:
“Se van a tocar temas de cómo amar sanamente, también de amor propio, algo de lo que jamás habíamos hablado, hasta cosas que rozan lo social y lo político”.
Como primera parte de su nuevo proyecto, Morat lanzó su sencillo “Llamada perdida”, una canción que aborda el amor desde otra perspectiva.
El grupo expresa que esta canción es una señal de todo lo que falta por decir, así como una guía de cómo ser la peor expareja del mundo y que está dedicada a todas las personas que se quedaron con cosas por decir al terminar una relación.
Acerca de su inminente reinvención, los miembros de Morat dicen que están interesados en incursionar en otro género musical:
“Consideramos coquetearle a otro género y queremos que nuestras colaboraciones sean disruptoras y que realmente impacten a las personas que las escuchen… No queremos que sea obvio que tal o cual artista tenía que colaborar con Morat”, comentó Juan Pablo Isaza.
Así, estos colombianos buscan darle la vuelta a lo que venían haciendo desde 2011, pero sin dejar de lado la esencia juvenil y enérgica que los caracteriza.
El amor y el cine
No es un secreto que canciones como “Besos en guerra” o “No se va” se han convertido en los himnos románticos para muchas personas en el mundo. Pero, ¿de dónde sacan la inspiración para crear sus sencillos?
“Siempre hemos tratado de encontrar la mayor cantidad de situaciones específicas en el amor que nos generen algo, no precisamente son situaciones que vivimos, pero sí las sentimos. Gran parte de nuestra música es la empatía, o sea: ponernos en los zapatos de alguien que la está pasando bien o mal y lograr transmitir lo que siente”, dice Juan Pablo.
Por otro lado, en junio de 2017 la banda incursionó en el mundo del cine al formar parte del soundtrack de la película Gru 3: Mi villano favorito. De la mano del español Álvaro Soler, la banda dio vida a la canción “Yo Contigo, Tú Conmigo” o “The Gong Gong Song”, un proyecto que aunque les encantó, también les resultó un enorme reto:
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“Es algo brutal ponerle música a una película y seguir los lineamientos tan puntuales que te ponen. Aparte, al ser una película para niños que pretende transmitir mensajes concretos, se volvió un reto de composición y eso nos encantó, porque cuando uno tiene todas las posibilidades, terminas haciendo ciertas cosas, pero cuando te dicen: Sólo tienes este rango de conceptos, se vuelve un reto, dice Juan Pablo.
El éxito del sencillo fue tal, que en el primer fin de semana de su lanzamiento alcanzó un millón de vistas en YouTube y actualmente cuenta con más de 202 millones de reproducciones, lo cual no es de extrañar, ya que, continuando con los números, la banda tiene 3.8 billones de reproducciones, tan solo en esa plataforma.
Así es como este cuarteto continúa forjado una carrera sólida gracias a su capacidad de hacer éxitos y a su fama como músicos y compositores. El tiempo dirá qué tan lejos llegan.
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