La democracia y el desarrollo económico, son procesos muy complejos e interdependientes; nunca acabados.

Hoy nos enfrentamos al factor de una contingencia sanitaria de alcance mundial, pero México no ha tocado fondo, podría tocarlo en caso de que el proceso electoral de 2021 sea accidentado, violento y sin el respaldo social.

“Una elección con turbulencia podría afectar aún más nuestra debilitada economía, ese es el gran reto que se avecina, podríamos estar peor”, señaló el analista LUis Isaac Rojas Montes, presidente de la organización ciudadana Patria Nueva.

“La democracia, supone que nos debe de llevar a una sociedad más libre, más tolerante y más estable, pero es algo que por su propia naturaleza siempre será un non finito, y es lo que está juego”.

Rojas Montes aclara que en un mundo global en el que los mercados parecen dominarlo todo, como en el que actualmente estamos, la invasión de lo económico ha puesto de relieve su insuficiencia para hacer frente a los problemas de la sociedad humana; “la política y la sociedad siguen estando en el centro de toda construcción social, aunque sus papeles están experimentando profundas transformaciones, de ahí se deriva la trascendencia del escenario político del próximo año”.

Los desafíos actuales son enormes, los riesgos y la incertidumbre son cada vez más compartidos en los sectores sociales y productivos, “Se trata de tener un proceso electoral certero, transparente y veraz, más allá de partidos y colores, urge un mensaje de estabilidad política, porque incide directamente en las inversiones, no necesitamos más caos, y mas desaceleración, ya tenemos suficiente con la pandemia”.