San Luis Potosí vivirá en las próximas semanas una invasión de promesas en medio de una impunidad declarativa justificada por las campañas política. “La mentira y la simulación forman parte del folclore potosino en la política; se dice que las campañas son para eso, para derrochar promesas, porque el prometer no empobrece”, critica el maestro Luis Isaac Rojas Montes, presidente de la organización ciudadana Patria Nueva quien precisó que la advertencia ahora es para los candidatos y sus equipos; “antes se llamaba a los ciudadanos a analizar y comparar, pero ahora la sociedad está mucho más informada, es más crítica y es menos tolerante”.
Lamentó que en las campañas que se avecinan abundarán las noticias falsas, las promesas de campaña irrealizables y las críticas sin fundamento, “se cuentan por decenas los portales “informativos” pagados con dinero de políticos, grupos y partidos para manipular la opinión pública, pero hoy en día hay una diferencia fundamental: nosotros, los ciudadanos de a pie, y nuestra poca tolerancia hacia la mentira electoral por eso los candidatos deben tener mucho cuidado, aunque como bien dicen, el más grande de los mentirosos tiene sus creyentes y en tiempo de redes sociales, si una mentira vive una hora, ya ha hecho su trabajo”.
Para el maestro Luis Isaac Rojas la gran encrucijada social será descubrir al político mentiroso, “ que se diferencia del mentiroso común; el mentiroso pretende que su interlocutor tenga una creencia falsa o diferente a la que debería tener, pero en política sucede algo particular: los políticos mentirosos no siempre quieren que la gente cambie de preferencias o creencias, sino que pierdan su percepción de la realidad”.
Citó el ejemplo de la corrupción en la asignación de contratos en el gobierno de la Cuatroté; “Más allá de combatir el señalamiento, que está sustentado y tiene evidencia, la administración federal se dedicó a atacar a los medios de comunicación que difundieron la noticia; el régimen no le importa que la sociedad sepa que hay corrupción, sino que le interesa que la gente dude de los medios de comunicación formales para prevenir nuevos señalamientos. Que la gente dude de los periodistas para que los ciudadanos no tengan certeza absoluta de nada.
¿Cuáles son los riesgos y los alcances de esta nueva estrategia política? se le interroga.
“El riesgo es que ante la avalancha de mentiras, la sociedad va a dejar de acceder a la información necesaria para tener opiniones sólidas, y solo van a tener acceso a aquellas que piensen como ellos mismos, lo que causa polarización y, junto con esto, violencia, que es su efecto a más corto plazo.
La consecuencia a más largo plazo es que se acabe la democracia. Este sistema político, más que cualquier otro, se apoya en que la gente pueda hablar y discutir entre sí, y las mentiras políticas lo que logran a largo plazo es que la gente deje de confiar incluso entre ellos mismos, este es el gran reto del ejercicio electoral que se avecina, el engaño como arma política en las campañas”.