En promedio, los niños menores de 3 años de edad experimentaron de uno a tres episodios de diarrea al año. La deshidratación, la pérdida de líquidos y las infecciones bacterianas septicémicas pueden condicionar las principales complicaciones en estos casos, sin embargo, aquellos que tienen problemas de malnutrición o inmunodeprimidos (cuando se reduce su capacidad para combatir infecciones) pueden desarrollar casos graves de Enfermedades Diarreicas Agudas que puede terminar en una defunción.
Por lo que es importante que padres y cuidadores conozcan algunos signos de alarma que pueden identificar en su hija o hijo para solicitar la atención médica urgente, cuentos como: sed intensa, no quiere comer ni beber líquidos, vómitos frecuentes, más de tres evacuaciones en una hora, sangre en las evacuaciones, fiebre por más de tres días y que cada día que pasa se ve más enfermo.
Los factores identificados que se relacionan de manera directa con la ocurrencia de diarreas está el saneamiento básico deficiente, el poco o nulo control prenatal, menor nivel escolar y menor edad de la madre, bajo peso al nacer, una lactancia materna ausente o no exclusiva los primeros seis meses de vida, por mencionar algunos.
Con la finalidad de fortalecer las acciones de prevención y atención de las enfermedades diarreicas agudas (EDAS), los Servicios de Salud, han capacitado de enero a la fecha a más de 12 mil 500 madres, padres o tutores de niños menores de cinco años, se promociona la lactancia materna exclusiva los primeros seis meses de vida y posteriormente la lactancia complementaria hasta los 24 meses. Se han distribuido más de 32 mil sobres de vida suero oral.
Además, han realizado cursos de capacitación en las siete Jurisdicciones Sanitarias en temas de Atención Integrada en la Infancia y Vacunación, donde han participado de enero a la fecha más de 240 profesionales de la salud, se promociona la inmunización a través del esquema completo de vacunación , la higiene en el hogar con énfasis en la preparación de alimentos, promoción de saneamiento ambiental, lavados de manos después de ir al baño, antes de comer o manipular alimentos, desinfección de los alimentos y la desparasitación al menos dos veces al año.