Roberto Gil, médico pediatra, señaló en entrevista para El Sol de San Luis su enfoque sobre la hidratación de los bebés.
Según Gil, es común que los padres se pregunten cuánta agua deben dar a sus pequeños. Su respuesta fue definitiva: “Nada más simple que nada”.
Roberto Gil, el reconocido médico pediatra, revela en una reciente entrevista su enfoque sobre la hidratación de los bebés. Según Gil, es común que los padres se pregunten cuánta agua deben dar a sus pequeños. Explica que la ingesta de agua debe consolidarse después del inicio de la alimentación complementaria, es decir, después de los seis meses de edad.
Para los bebés de seis a ocho meses, la recomendación es de dos hasta cinco onzas diarias. A medida que crecen, de 9 a 11 meses, pueden consumir 8 a 10 onzas al día. Finalmente, de un año a dos años, la cantidad recomendada aumenta a 15 hasta 30 onzas diarias.
El Dr. Gil enfatiza que estas son pautas generales y que cada bebé es único. En la consulta de crecimiento, se pueden discutir las necesidades específicas de cada niño y ajustar las recomendaciones según su desarrollo y condiciones individuales.
“Es importante recordar que siempre debemos seguir las indicaciones de los profesionales de la salud y consultar con un médico antes de realizar cambios en la alimentación de nuestros bebés”.
También destacó que los bebés menores de 6 meses no deben recibir agua, pues sus estómagos son pequeños al nacer.
“En realidad, solo pueden contener alrededor de 1 a 2 cucharaditas (5 a 10 mililitros) de líquido. Por lo tanto, darles agua podría llenar su estómago con una sustancia inútil para ellos, dejando poco espacio para los nutrientes esenciales presentes en la leche materna o la fórmula. Esto podría causar problemas graves”.
También dijo que el agua puede ser tóxica para cualquier persona si se consume en grandes cantidades. Aunque es poco común, la intoxicación por agua puede ocurrir si los riñones reciben más agua de la que pueden manejar.
“Esto diluye los fluidos en el torrente sanguíneo y reduce la concentración de electrolitos importantes, como el sodio. En bebés, esto puede ser especialmente peligroso debido a su tamaño y desarrollo”.