¿Por qué se conmemora el Día del Abuelo?

Su mejor pago es el amor de sus nietos, también se realizan festejos del patrono de los abuelitos con la Festividad de San Agustín

Angélica Maldonado | El Sol de San Luis

  · miércoles 28 de agosto de 2019

La existencia de esta celebración en este país surge en 1983 oficialmente, aunque el origen de esta celebración se remonta en la presidencia de Lázaro Cárdenas, quien determinó que debía existir una fecha especial para honrar a los abuelos. Una nueva versión de los años 90' se le atribuye a Edgar Gaytán, se dice que se instituyó gracias a que su programa de radio era dedicado a los adultos mayores.

En México se invita a visitar a los adultos mayores que están viviendo en asilos y hospitales, se hace un llamado social para no abandonar a los abuelos y brindarles la atención que ellos bien merecida tienen.

Así que no deje de felicitar hoy a los abuelitos, esos grandes seres humanos que aman a sus nietos con profunda ternura, los consienten, cuidan con esmero y su paciencia es infinita, lo cual es de agradecer profundamente, su mejor pago, sin duda, será el amor de sus nietos.

Los abuelitos requieren que su amor se vea reflejado en sus nietos y esperan que ellos sean personas de bien que sirvan a la sociedad y que ese amor recíproco rinda muchos frutos.

San Agustín patrono de ancianitos

San Agustín de Hipona, nació en Tagaste, Argelia, se integró en la secta de los "maniqueos", grupo de gnósticos que promovían la existencia de dos "dioses" eternos: uno bueno, "la luz" y otro malo, "las tinieblas".

Llevaba una vida licenciosa unido a una mujer pagana con quien procreó un hijo. Su madre vivía en permanente oración. En Milán, conoció a San Ambrosio quien fue su guía espiritual y de él recibió el Bautismo; después abandonó el mundo, hizo estudios eclesiásticos y recibió el Orden sacerdotal en 391. Cinco años después, fue nombrado obispo de Hipona, actual Annaba, África.

San Agustín, por su inteligencia, es reconocido como uno de los genios de la literatura, historia e Iglesia universales. Su obra escrita continúa publicándose, siendo útil material de apoyo para estudios filosóficos, literarios y teológicos; entre otras se citan: Comentarios al Evangelio de Juan, La Ciudad de Dios, Confesiones, La Doctrina Cristiana y Espejo de la Sagrada Escritura.