El cuidar una planta, no solo es reflejo de una persona cuidadosa y amable, sino que también alegran el corazón e incluso, se convirtió en una actividad útil como terapia para el estrés que se generó en una época en donde por culpa del Covid 19, la gente se encerró en sus casas y a la que se recurrió a tal grado, que a diferencia de otros negocios, las ventas llegaron a incrementarse hasta en un 40 por ciento.
Así lo dijo a El Sol de San Luis, Esaú Galindo Procopio, productor de plantas, originario de Atlacomulco, Estado de México, quien está presente en la Feria de las Flores de Soledad, a donde trajo más de treinta variedades de flores y plantas de ornado, así como otras 70 variedades de suculentas, algunas de las cuales calificó como raras.
El floricultor pensó que durante la pandemia, la situación económica se iba a complicar, pero no fue así, ya que la gente tuvo tiempo para comprar sus plantas, cuidarlas, arreglar sus jardines, incluso hasta de cuidar de sí mismos, porque descubrieron un nuevo mundo.
“En la pandemia, creíamos que nos iba a ir mal, porque no podíamos salir a vender, sin embargo la gente nos buscó y las ventas se incrementaron hasta en un 40 por ciento, porque querían buscar opciones para desestresarse y en las plantas encontraron una oportunidad enorme para hacerlo”.
En lo que se refiere a los cuidados que deben tener, Esaú Galindo reconoció que hay estudios que indican que el poner música a las plantas, si influye en su crecimiento, incluso de la manera en como su dueño, les hable, ya que son seres vivos y también sienten.
Pero también dependen de los cuidados que les dé, como el riego, que tanta agua se usa, que días, si se les pone fertilizante, cada cuando y en que cantidad, si reciben mucha o poca luz, incluso el sitio en el que se ponen.