.jpg "Andrei Oropeza (3).jpg")
.jpg "Andrei Oropeza (2).jpg")
Uno de los principales rasgos de los artistas es su nivel de imaginación, esa capacidad que tienen para interpretar y crear, para proponer otras formas de ver al mundo; Andrei Oropeza ha encontrado ese camino que salida a esa imaginación, con la cual busca en parte cumplir un compromiso moral al que pareciera están obligados los artistas, pero también para cubrir su rol como padre y darle un sustento a su hijo.
Alejada de la ciudad, la comunidad de Jassos, de la Delegación de Villa de Pozos, de la Capital Potosina, alberga una población de unas 2 mil personas, donde muchas de sus calles aún son de terracería y la nomenclatura es escasa. Trasladarse todos los días a la ciudad les cuesta una hora de camino a quienes como Andrei, han tenido que buscar una opción de trabajo fuera de su comunidad, para tener un sustento económico, pues “la artisteada” no funciona como ingreso seguro cuando se tiene un hijo. El joven artista reconoce que “desde siempre” tuvo el gusto por el arte, y la prueba radica en la variedad de técnicas que ha utilizado para expresarse, pues hace caricatura, pintura, retrato, y desde hace dos años incursionó en un nuevo campo: transforma a ciudadanos comunes y a personalidades, en “figuras de acción” con un material que sólo utilizan las grandes empresas para crear leyendas comerciales.
El primer paso es realizar una caricatura del personaje en cuestión y comienza a modelar plastilina epoxica, pero con las extremidades por separado para darle movilidad a las figuras, “les hago articulaciones, que puedan interactuar, que lo puedan cambiar de posición”.
Ha puesto este “servicio” a disposición de todo aquel que lo desee, muchos han llegado a él en busca de un obsequio personalizado para un cumpleaños, pues la versatilidad le ha permitido recrear a personajes como Julio Cortázar, Andrés Manuel López Obrador, Thom Yorke, Friedrich Nietzsche, hasta un Carlos Salinas con cuerpo de “chupacabras”, que con prisa aclara –me lo pidieron-.
Andrei Oropeza pudiera haber dado su salto a la fama sin querer, pues una de sus figuras ha causado controversia, de inicio en redes sociales y entre la clase política; se trata de una figura de Adrián Esper Cárdenas, ciudadano que llegó por la vía independiente a la Alcaldía de Ciudad Valles y que se ha hecho notar por acciones como donar su salario o por ser “ensordecido” con una canción de Michael Jackson cuando le preguntaron por la inseguridad en el municipio. El Alcalde vallense compartió en sus redes sociales su figura de acción y esto le ha causado múltiples críticas, pues hay quienes creen que es una más de sus “ocurrencias”, pero aquí la verdadera historia: “Hay una compañera de nombre Mariana, que en el trabajo habla mucho de Esper, y a manera de broma le decía que le iba a hacer su figura.
Se la hice porque se acercaba su cumpleaños”, en la “broma” participó otro amigo que cooperó con recursos para que Andrei comprara los materiales y él se encargó de la mano de obra, le hizo el regalo a su amiga y ella compartió la figura del alcalde de Ciudad Valles, en sus redes sociales, alguien etiquetó al edil y éste replicó la imagen. Los detalles que Andrei pone en cada figura y el tiempo que tarda el material en endurecerse, le demandan un trabajo de al menos cinco días, por lo que el costo que maneja es de 800 o 900 pesos, “según el sapo es la pedrada”, por lo que bromea: ojalá hubiera sido el Alcalde quien hubiera pedido su figura de acción.
Reconoce que muchas de sus figuras han sido de políticos “creo yo que nos falta verlos como personas normales, tenemos un arquetipo de que el político es malo, que sus intereses son contra nosotros, por eso me avoco a hacer personajes políticos que tengan un lado más humano, más ameno, divertido incluso, y tratar de informar, el arte también tiene una función; en mi caso quisiera que lo veamos (al político) como alguien que está en la tierra, igual a ti, te puedes reír de él, o que si lo ven ellos mismos se rían”.
Sin embargo también pide que la ciudadanía entienda el arte como una actividad, mediante la cual hay personas –como él- que buscan un sustento para su familia, pues denuncia que al menos hasta ahora, los apoyos gubernamentales para el arte se han repartido siempre entre los mismos y que incluso había acuerdos entre los jueces y los beneficiarios. Debido a ello asegura que el recorte al presupuesto para arte y cultura por el Gobierno Federal, no afecta, sino que por el contrario, pudiera ser benéfico, “al artista de calle o a quien lo hace para saciar su gusto no nos afecta en nada, hemos estado sin apoyo y seguimos sin apoyo, pienso que tal vez vaya a haber un cambio y por eso se retiraron ahora”.
El arte también le ha permitido a Andrei conocerse a sí mismo, pues reconoce que hace poco cayó en la cuenta de que la mayoría de sus personajes han sido varones, por lo que ya comenzó a corregir esa situación y actualmente trabaja en una figura de la antropóloga y feminista Rita Segato, “mujeres dibujamos como para el placer del ojo, pero en personalidades no había hecho muchas”.
Aunque puede trabajar en varias figuras a la vez, el principal ingreso económico para Andrei viene de otro empleo, por lo que sólo en sus horas libres se va al “cuarto de los tiliches”, donde sobre una mesita ha montado su lugar de trabajo; frente a la ventana y con una lámpara, pasa horas moldeando plastilina, espera a que seque, arma la figura, la maquilla y la guarda en un empaque para dar más la apariencia de un juguete. Se queda ahí, esperando, con un anhelo que no es sólo de los artistas: que te paguen por hacer lo que te gusta.
