Corrida por el 123 aniversario de la Plaza El Paseo, que lució un gran lleno. El rejoneador portugués Diego Ventura vino a demostrar por qué se le reconoce como el número uno y a su segundo toro le cortó las dos orejas y el rabo, mientras que Fermín Rivera cortó dos apéndices a su primer toro y lo mismo consiguió Sergio Flores, con el que cerró plaza Enrique Ponce, en su primero, un toro malo y en su segundo tuvo salida al tercio. Toros de diferentes ganaderías que resultaron desiguales.
DIEGO VENTURA
El primero para Diego Ventura fue el de nombre Príncipe, de 495 kilos y con el número 331, de la ganadería de Santoyo, con el que el rejoneador portugués estuvo extraordinario, primero con rejones de adorno, que puso dos en muy buena posición, luego para banderillas cambió de caballo y antes de ejecutar la suerte toreó con su caballo, por lo que se emocionó la afición; luego, con un nuevo equino realizó suertes de mucho lucimiento, como rehiletes en un palmo de terreno y algunas de las banderillas las puso al violín, lo mismo que con banderillas cortas, pero en la suerte suprema, contra su costumbre pinchó hasta cuatro veces antes de medio rejón y todavía tuvo que descabellar, para retirarse en silencio.
El segundo para Ventura fue el toro “Don Juan”, número 17, de 502 kilos, de la ganadería de Santoyo, iniciando su toreo con la garrocha, suerte con la que mostró templanza y luego, con rejones de adorno, puso dos en buena posición. Para banderillas cambió de caballo y puso una, pero sacó a su caballo estrella con el que toreó e hizo crecer la faena, pues se dejaba llegar mucho al toro hasta su cabalgadura y esto hizo que se escucharan los óles, luego con el tordillo aventó las riendas y se fue a poner banderillas a dos manos provocando la exclamación y una afición entregada, después tres banderillas cortas y el rejonazo de muerte, certero, que hizo doblar al toro y con el rejoneador agarrándole el testuz, dos orejas y ante la insistencia de la afición, también el rabo.
ENRIQUE PONCE
Enrique Ponce abrió con el toro de nombre “Sueño”, de la ganadería de Bernaldo de Quiroz, número 827 y de 480 kilos, con el que toreó breve de verónicas, más que nada bregó. Brindó a toda la afición y se enfrentó a un toro incierto, manso, pero aún así le sacó pases de calidad, pero aunque la afición traía ganas de apoyarlo, la verdad no había mucha tela de donde cortar, por lo que pronto fue por el acero y para la de malas pinchó una vez antes de la estocada entera, caída, con la que dobló.
El segundo para Ponce fue “Rociero” de Xajay, número 42 y de 490 kilos, al que recibió de verónicas. Con la muleta inició la faena doblándose con el de Xajay y ya en el centro del ruedo toreó como él lo sabe hacer, por lo que la afición se lo reconoció, pero hay que anotar que el toro no era todo lo bueno que se deseara y aún así el español le fue sacando la faena. Muchos pedían música, pero qué mejor música que los óles con su faena. Se fue extendiendo en su labor, pero fue por el acero y esta vez cobró una estocada entera, caída y como no dobló tuvo que descabellar, retirándose entre aplausos y luego la afición lo sacó al tercio.
FERMÍN RIVERA
Para Fermín Rivera correspondió el toro de nombre Almonteño, de la ganadería de Xajay, número 24, con 476 kilos, al que recibió con dos faroles de rodillas y de pie, toreó elegante de verónicas, realizando además un quite por chicuelinas. Su brindis fue general y caminando se fue toreando hasta el centro del ruedo en donde realizó tandas de derechazos ante un buen toro, que lo supo aprovechar y hasta con tres tandas por derechazos, luego por naturales y el toro le fue igual, aunque la gente se distrajo porque quería que la banda tocara la Acuarela Potosina, pero Fermín siguió con esa faena de clase y la afición terminó por seguir coreando sus pases. Entró a matar y consiguió un estoconazo, con el que el toro dobló y el juez le concedió las dos orejas.
El segundo para Fermín fue el de nombre “Centenario”, número 89, de 519 kilos y de la ganadería Fermín Rivera, iniciando con farol de rodillas y luego de verónicas. Con la muleta abrió en el centro del ruedo con muy buena tanda de derechazos y el potosino le volvió a repetir una tanda más. Por naturales se escucharon tibios los óles, pero volvió por derechazos y sacó buenos pases y más con la Acuarela Potosina para que toro y afición se metieran a la faena y así volvieron a corearse sus paces. Fue por el acero y toreó por alto antes de entrar a matar y cobró menos de media estocada y como no dobló, descabelló, para retirarse entre aplausos.
SERGIO FLORES
Sergio Flores reapareció en esta plaza, le tocó el toro de nombre “Macareno”, de la ganadería de Xajay, número 17 y de 500 kilos, al que toreó bien de verónicas por lo que la afición le coreó los pases, tomó la muleta y desde la primera tanda se escucharon fuerte los óles y la afición le reconoció ese arte y esa entrega ante el toro de Xajay, que resultó muy bueno, así Flores le dio hasta tres tandas de derechazos y por naturales también hizo que se escucharan fuerte los óles, volvió por derechazos y la afición siguió disfrutando de esa buena faena. Fue por el acero pero antes toreó por alto y preparó todo para la suerte suprema, pero pinchó hasta dos veces antes de la estocada y un descabelle, pero el gozo se fue al pozo.
El que cerró plaza fue el toro “Potosino”, de la ganadería San José, número 992, de 487 kilos, al que recibió de verónicas. Brindó al rejoneador Diego Ventura y su faena la inició con elegancia, en el centro del ruedo, luego le dio largueza a sus pases y emotividad a su faena, por lo que la afición estuvo con él y más por que enfrente tenía a un gran toro y se hizo notar, más cuando le sacó pases por la espalda y toreándolo casi en redondo. Toreó por lasernistas y preparó todo para entrar a matar cobrando un estoconazo y la afición respondió con el torero, torero. El astado dobló y el juez concedió las dos orejas.
Al final, Ponce se retiró entre aplausos y Diego Ventura, Fermín Rivera y Sergio Flores fueron sacados en hombros.