Los cerca de 12 mil aficionados no dejaron de alentar en todo el partido a "su" Atlético de San Luis, que no les quedó mal y después de no ganar en los tres primeros partidos del torneo en el estadio Alfonso Lastras Ramírez, ahora sí lo hizo cuando se necesitaba ante Pumas y Toluca.
Parece que aquellos abucheos que le profirieron a los rojiblancos en la derrota ante Necaxa hace un mes quedaron atrás, ante Toluca los recibieron con aplausos cuando salieron al campo y corearon los nombres cuando la "voz oficial del estadio" dió la alineación.
Ni que decir cuando entraron de cambio David Castro y Rubens Sambueza, y arroparon con aplausos y gritos de aliento al carioca Rodrigo Dourado cuando salió en el carrito "de las desgracias" con la nariz fracturada y sangrando del rostro, cosa curiosa por "culpa" de un compañero y no de un rival, cuando chocaron en el primer tiempo en un balón que intentaban despejar.
Fue una fiesta total la que se tuvo en el coloso de Valle Dorado, que estalló cuando Murillo de "tacón o taquito" anotó el primer gol local, y al final, el único que dió el triunfo. La cerveza voló con los brincos y abrazos. No importó, había que gritarlo ante unos Diablos Rojos dirigidos por el viejo conocido Nacho Ambriz que venían de dublideres y con solo un derrota.
Y nunca dejaron de alentar esas 12 mil almas ahí reunidas y apretar al rival con silbidos, hasta que sonó la ocarina de Diego Montaño, dando el triunfo al equipo local por la mínima, 1-0, para comenzar una fiesta más, la de la victoria, que se prolongó por varios minutos en los accesos al estadio, en el estacionamiento y calles aledañas.
Y es que hacía buen rato, desde marzo y abril pasado, que el equipo no hilvanaba victorias consecutivas, además de vengar aquella derrota en casa en febrero de este año cuando Toluca vino y ganó 0-1 con gol de Sanvezzo al minuto 3 en el Clausura 2022. Esa cuenta ya quedó saldada.