Bonito el festejo con el que se celebró la Corrida del Día de San Luis Rey, tercera de Feria y en la que el español Antonio Ferrera cortó dos orejas, una en cada uno de sus toros y Diego San Román hizo lo propio al cortar también dos, ambas en su segundo toro. “El Zapata” y Gilio torearon bien, pero se fueron en blanco
Antes de iniciar la corrida se le rindió un homenaje al maestro Jorge Gutiérrez, quien dio vuelta al ruedo ante el grito de torero, torero.
Uriel Moreno El Zapata, desde que abrió plaza se vieron sus ganas de triunfar, toreó elegante con el capote, después un quite y cubrió el segundo tercio por lo que fue aplaudido aplaudir, Con la muleta abrió con tanda de rodillas y realizó una buena faena tanto con derechazos como por naturales. Se tiró a matar, pero lamentablemente falló con el acero y hasta un aviso se escuchó. Con su segundo volvió a torera alegre, primero con el capote y después con banderillas. Brindó a una pareja, cuyo novio propuso matrimonio y recibió el sí, además de una ovación. Con la muleta El Zapata realizó una faena de entrega, valiente y con una afición que le coreó sus pases. Entró a matar, media estocada y tuvo que descabellar. Para tener salida al tercio.
El español Antonio Ferrera toreó bien con el capote y con la muleta mostró toda esa escuela que trae y utilizó todos sus recursos para sacarle la faena y estar en el agrado de los aficionados. Para culminar con un estoconazo que hizo doblar pronto al de Monte Caldera el juez merecidamente le concedió una oreja.
Con su segundo, nada con el capote, pero con la muleta le fue sacando la faena al toro de Fernando de la Mora, por lo que la afición fue creciendo en sus oles y reconociendo la calidad del torero español. Preparó todo para entrar a matar y aunque pichó una vez, logró la estocada y el juez le concedió la oreja a petición de los aficionados, aunque muchos se la protestaron.
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Diego San Román la armó en grande con su primero, tanto con el capote como con la muleta, abriendo con tanda de rodillas y luego toreó tanto de derechazos como por naturales escuchándose los oles muy sonoros, pero al entrar a matar pinchó antes de la estocada casi entera, caída, suficiente para que doblara. Salida al tercio.
Con su segundo toreó bien con el capote y con la muleta realizó una faena valiente, de entrega, ante un toro difícil, que le derrotaba e incluso le pegó un achuchón, pero Diego se repuso y su siguiente tanda fue de rodillas, por lo que la afición se prendió. Entró a matar y cobró una estocada completa y ante el grito de ¡torero, torero! el juez concedió las dos orejas.
Arturo Gilio, con su primero recibió de verónicas y con la muleta fue sacando la faena ante un toro que denotaba debilidad, pero el diestro de torreón supo cómo torearlo y fue bordando su faena y estuvo en el agrado de los aficionados, pues toreando casi en redondo y con los pies muy fijos en la arena le dio lucidez a su faena. Se tiró a matar y cobró una estocada entera, pero tuvo que descabellar para que Gilio tuviera ovacionado. Con el que cerró plaza, Gilio recibió de verónicas y con la muleta realizó una faena de mucha clase, al mismo tiempo que de entrega, por lo que le corearon sus pases y aplaudido entre tanda y tanda.
Entró a matar y cobró una estocada completa, de rápidos efectos, pero el juez le negó la oreja quedando en salida al tercio.