La Lucha libre mexicana, un deporte de combate, cuerpo a cuerpo, reconocido en todo el mundo, repleto de personalidades llamativas que van más allá del mero espectáculo teatral.
Hoy en día se pueden vislumbrar detrás del cuadrilatero, dinastías luchísticas que refuerzan este deporte de gladiadores, como lo es la familia Garza Herrera.
Pósters de icónicas figuras de la lucha libre mexicana, imágenes de toda una juventud dedicada al deporte y recuerdos de una vida dentro de las cuatro cuerdas, enmarcan el aura del Señor Humberto Garza, mejor conocido como "El niño travieso", emblemático ex luchador mexicano y quiropractico de profesión.
El "Niño travieso", platicó en exclusiva para El Sol de San Luis, acerca de su legendaria trayectoria como luchador, y de su oficio en la quiropraxia, donde paradójicamente, las manos que alguna vez fueron la fuerza de llaves quebrantadoras, ahora sanan a cientos de pacientes en la regia ciudad de Monterrey.
El señor Garza, de 82 años de edad, relató cómo un sueño de la infancia, se convertió en el transitar de sus días. El gusto por el deporte de la lucha libre se lo inculcó su señor padre, Simon Solano (QEPD), quien lo llevaría desde muy pequeño a la arena Monterrey en Arteaga y Juárez, a ver a las figuras nacientes del cuadrilátero, "Papá me llevaba a las luchas y a mi me encantaba, yo era un jovencito, pequeño y menudo, siempre quería meterme al ring a la fuerza, era un deporte que me apasionaba, papá tenía que detenerme y darme una "joda", y al final no me dejaba subir", indicó don Humberto.
Personajes como el "Gorila Flores", deslumbrarían a aquél joven, inquieto y deseoso de aprender las herramientas, que le harían alcanzar el nivel de profesionalismo que se necesita sobre la lona.
En el año de 1954, realizó su gran debut, mismo que lo pondría en el ojo de todos los fanáticos de este gran deporte, y donde el mote de "El niño travieso", lo convertiría en una leyenda. Fueron muchos los logros, del señor Humberto en el ámbito deportivo, desde pelear con El Santo El Enmascarado de Plata y Blue Demon, hasta ser Campeón Nacional, "Cuando yo gané el campeonato nacional de lucha libre, en 1968, fue algo distintivo, mi lucha fue de una hora 20 minutos contra el gran luchador Karloff Lagarde, encuentro que me posicionaría entre los mejores luchadores de México".
Sin embargo las prácticas en el pancracio cambiaron, las figuras que pertenecen al mismo también, y el show deslumbrante empezó a cegar al público y con el tiempo las habilidades de quienes con mucho esfuerzo desempeñaban esta actividad, fueron suplantadas por la fantasía, luces y personajes llamativos, "Antes la lucha libre tenía técnica, se realizaba demostración de llaveo, enlazamiento de cuerpo y fuerza muscular, la lucha de ahora es puro show y denigración", puntualizó.
Pero no todo está perdido, a pesar de que la lucha en el ring se transformó en un show más que teatral, don Humberto heredó a sus hijos y nietos su basta experiencia en el cuadrilátero, formando grandes figuras de la lucha libre mexicana, quienes llevarían esta gran disciplina al siguiente nivel, convirtiéndolos en grandes figuras de la AAA y la WWE.
Generaciones que hoy en dia ponen en alto el nombre de México en todo el mundo, como lo fueron sus hijos Héctor Garza (QEPD), Humberto Garza Jr., quienes formaron parte del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL ) y lucharon en estelares por parte de Asistencia, Asesoría y Administración (AAA) y ahora su tercera generación quien continúa perpetuando la calidad luchística de su abuelo en la World Wrestling Federation (WWF, Actual WWE) , en Canadá y Japón, como lo son Humberto Carrillo (Conocido también como Último Ninja) y Angel Garza (Conocido anteriormente como El Hijo del Ninja y Garza Jr.).
La quebradora y el tira buzón de Don Humberto Garza, uno de los mejores gladiadores del país, no solo enfrentó grandes batallas en el cuadrilátero, también gran parte de su vida la ha dedicado enteramente a combatir enfermedades y dolencias de las personas, poniendo en práctica el gran oficio de la quiropraxia.
"El oficio de la quiropraxia me llamó la atención gracias a un compadre que trabajaba en un Club de Leones, poco a poco me fui metiendo en el área de un doctor que brindaba terapia y ahí ya no me soltaron, inicio esta profesión por el año de 1972, trabajo que me ha llenado de grandes satisfacciones, permitiéndome ser el vínculo de sanación de muchas personas, que vienen con grandes dolores o diagnósticos equivocados, donde he sabido sacarlos adelante para que lleven una vida de calidad", señaló emocionado el señor Garza.
Sin duda el gran sentido humano de "El niño travieso", es algo que lo distingue, su trayectoria y el digno oficio que desempeña, son la fiel prueba del gran hombre que hay detrás de las cuatro cuerdas.