No fue nada fácil, fueron muchos años de espera y por fin esta noche los Diablos Rojos del México inaugurarán su propio estadio, lugar por el que soñaron a cada momento desde que les informaron que debían abandonar el parque del Seguro Social.
Con una millonaria inversión, Alfredo Harp Helú tendrá un estadio moderno y cómodo, que además será inaugurado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
La intención era traer un equipo de Grandes Ligas, pero como no había fecha exacta para abrir las puertas del nuevo infierno, ya no hubo manera de que visitaran la Ciudad de México, por lo que se pensó en traer a los jóvenes prospectos de los Padres de San Diego, donde Harp Helú es socio.
Además, hay varios muchachos surgidos no sólo de las filas de los escarlatas, sino de la Academia Alfredo Harp Helú, que está en Oaxaca.
Esta noche a las 19 horas, el veterano zurdo Arturo López abrirá por los escarlatas, éste es uno de tantos peloteros mexicanos salidos de los Diablos que han llegado a la gran carpa, y uno de los equipos que tuvo en la Unión Americana fueron los Padres de San Diego.
LARGO PEREGRINAR
Tras la partida del inmueble de Avenida Cuauhtémoc y Obrero Mundial tuvieron que encontrar un lugar dónde seguir jugando sin salir de la Ciudad de México. Se acondicionó el Foro Sol, que en esos años tan sólo era el escenario para conciertos de música internacional y nacional.
En el mes de junio del 2000 los Diablos Rojos y sus eternos rivales, los Tigres capitalinos, con quienes compartieron por años el parque del seguro, se mudaron a la ciudad deportiva. El día 2 de junio comenzó a funcionar el Foro Sol como estadio de beisbol con un duelo Diablos-Tigres.
Alfredo Harp Helú no dejaba de buscar terrenos dónde construir el estadio con el que siempre había soñado, mientras Carlos Peralta, dueño de los felinos, optó por llevarse su equipo de la ciudad, su primera parada fue la Angelópolis.
Con el retorno de la Fórmula Uno a México, el Foro Sol debía sufrir diversas remodelaciones que no harían posible que siguiera siendo la casa de los Diablos, por lo que debieron buscar otro escenario.
Se habló de Azcapotzalco, donde estaba la Refinería, como la sede del nuevo infierno, pero finalmente y con la ayuda del gobierno de la Ciudad de México, el estadio Fray Nano, también situado dentro de la Ciudad Deportiva, se convirtió en la guarida de los escarlatas. Un inmueble pequeño con capacidad para cinco mil aficionados y comenzaron su aventura en la campaña del 2015.
Finalmente, el 2 de diciembre de 2014, el jefe de gobierno de la Cdmx, Miguel Ángel Mancera; el director general del Instituto del Deporte de la Ciudad de México (IDDF), Horacio de la Vega Flores, y el propietario de los Diablos, Harp Helú, hicieron el anuncio de la construcción del nuevo estadio, a partir del primer trimestre de 2015 y con una inversión de 60 millones de dólares, pero esta cifra se elevó y hasta el último reporte se gastaron más de tres mil millones de pesos.
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