El objetivo principal de ser padre es el llevar y encaminar por el camino del bien a los hijos, respaldarlos y apoyarlos en cada momento, ser el soporte y respaldo en la vida; como entrenador, se tiene que cumplir los mismos objetivos, con el fin de llegar a una meta establecida.
Un claro ejemplo es Julio Soler, atleta y entrenador de la selección de tiro con arco de San Luis Potosí, que a la temprana edad de 21 años se convirtió en coach de su disciplina, pero a los 27 su vida se transformó para convertirse en padre de familia, un reto que ha sabido combinar con todas sus actividades cotidianas.
“Es una fecha muy bonita, especial el hecho de que uno sea deportista, entrenador y papá te permite muchas veces conjuntar varias cosas en una misma celebración, en mi caso, tengo la fortuna de poder entrenar a mi hija, así que es un cúmulo de emociones” comentó Soler que por séptimo festeja este día tan especial.
A los tres años de edad, Sofía comenzó su camino por los campos de tiro, pues a esa edad, comenzó acompañar a su papá a los entrenamientos “a los tres años fue la primera ocasión que me acompañó, no teníamos ninguna implementación que pudiera utilizar, pero le llamaba la atención.”
A pesar de que ha pasado poco tiempo aún recuerda cuando su sucesora tuvo su primer arco a la edad de 4 años “apenas podía tensar la cuerda y apenas podía llegar la flecha; al día de hoy ya tiene una implementación completa, ya dispara marca de 20 metros.”
Pero el entrenar a su hija se ha convertido en el reto más complicado de su vida “es aprender diferenciar los sentimientos de uno como papá y tratar de ponernos en el papel de coach, tratando de sacar el mejor resultado y mejores cualidades.”
Tras varios años como entrenador, Julio, como coach, se ha convertido en padre de muchos de sus alumnos “comencé de entrenador muy joven, en ese entonces fue una experiencia extraña, pero te vas a acostumbrando; es una sensación especial, ellos vierten en ti situaciones totalmente extra deportivas, te comentan cosas, te confiesan situaciones que muchas veces ni en casa lo hacen” prosiguió “hay un compromiso muy padre, pero no deja de ser una responsabilidad el tratar de dar tu mejor recomendación y guía que se acercan a ti, no solo como entrenador.”
Como todo padre, Soler desea lo mejor de la vida para su hija, apoyándola en sus decisiones y siempre de la mano del deporte “mientras yo la vea feliz, siempre me va hacer feliz; el meter la situación deportiva siempre ha sido mi idea, a estas alturas de la vida ya puedo platicarlo con ella, sí ella sigue por el camino del deporte, sea tiro con arco o cualquier otro, tiene que ser una triunfadora.”
Desde hace 7 años, el entrenador día con día vive el mejor de los momentos de su vida, el ser papá y deja un mensaje en el futuro para su hija “es el motor de mi vida, esto muy feliz de tenerla, espero que siga por el camino del deporte, sea una triunfadora, si no es por el deporte, que sea lo que ella quería, que le eche muchas ganas y que sea feliz.”