Tenía que ser la emblemática edición 25, la del cuarto de siglo, celebración de plata; y tenía que ser en la magia de Aquismón. Día 22 del año 22, en el mexicano mes de septiembre: Fecha imborrable en el calendario de la cultura, pero también del arte y de la artesanía, que desde las primeras horas de la tarde ya inundaba los corredores y el Palacio, con la creatividad de hidalguenses, poblanos, queretanos, potosinos, tamaulipecos y veracruzanos.
Y todavía faltaban los rituales y las danzas, que San Miguel Arcángel, en complicidad con Tláloc, movió sorpresivamente de su recinto, para adelantar la actividad en la explanada de la plaza, donde ya bajo techo, se exacerbaron la religiosidad y el talento, cubriendo de colorido el ambiente y acaparando la atención de los asistentes; que así, en el foro principal se prepararon para el protocolo oficial, encabezada por el alcalde Cuauhtémoc Balderas Yáñez.
La Secretaria de Cultura de Gobierno del Estado, Martha Elizabeth Torres Méndez, le siguió en la bienvenida al presidente aquismonense; luego el Oficial Mayor, Noé Lara Enríquez, dirigió su mensaje; para dejar el micrófono al director General de Culturas Populares Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura federal, Jesús Antonio Rodríguez Aguirre (Frino), quien inauguró en representación de la titular en el país, Alejandra Frausto Guerrero.
Tras la apertura, se desbordó el entusiasmo, energía contenida por dos años de pandemia. El escenario se estremeció y la tarima vibró a más no poder, salpicada del sudor de la gente y al compás de los tríos: Son de mi Tierra (Huejutla Hidalgo), Xinach (Cuetzalan, Puebla), Huasteco Higuense (Veracruz), Las amapolas (Tampico, Tamaulipas), Toño Jiménez y Los Reyes del Refugio (Querétaro), y el trío Tamazunchale (San Luis Potosí).