Con evidente júbilo espiritual e incontenible contento, se vivió la magia de la Epifanía del Señor Jesús en el Templo de San Juan de Dios, donde familias enteras adoraron al Niño Dios junto con los infantes que se vieron envueltos por una gozosa celebración verdaderamente inolvidable y envolvente. Los fieles respondieron de la mejor manera posible, pues a todos los asistentes les dio su bolsa de dulces el Presbítero Carlos Jorge García Noyola, y a los pequeñitos les obsequió un juguete, nadie se fue sin nada. Los Tres Santos Reyes Magos dieron a adorar al Niño Dios con mirada llena de ternura, de paz, de bondad; estuvieron liderados por la señora Sara del Pilar Ramírez Sánchez, quien los llevó para que ofrecieran momentos gratos, emotivos y evangélicos a las familias potosinas que hicieron que luciera a su máxima capacidad el hermoso recinto.
Todos los asistentes adoraron gustosos y con profundo fervor al Niño Dios después de la Misa presidida por el Padre Carlos Jorge García Noyola, quien indicó en entrevista exclusiva con “El Sol de San Luis”:
“La solemnidad de la Epifanía del Señor Jesús, es decir, la Adoración de los Santos Reyes Magos al Niños Dios, a quien le llevaron incienso como Rey, oro como Dios y mirra como hombre, es muy importante y trascendente, no solamente en la Iglesia Católica, sino incluso para otras Iglesias que celebran también esta festividad-solemnidad”.
“Siempre es motivo de ilusión y de mucha esperanza cuando celebramos la Epifanía porque es una invitación que el Señor nos hace a que podamos ver los signos que nos rodean a cada uno de nosotros, y que en medio de esos signos de la historia se hace presente el Señor como una estrella, pero una estrella que se tiene que estar observando para poder encontrarla y de esa manera saber que esa estrella nos conduce a Jesucristo. Es muy tierna la celebración del Día de Reyes, por nuestra infancia que gozamos de plena inocencia y que recordamos gratamente, pero también nos invita a que cuando vayamos a buscar esa estrella tendremos que encontrarnos con muchas dificultades con gente que no quiere que encontremos esas estrellas, pero Cristo siempre triunfa a pesar de que la noche sea tan oscura y a pesar de que el conformismo o la mediocridad que impera ahora en la vida del ser humano muchas de las veces, siempre vuelve a brillar una estrella y una estrella brilla en el amor de una madre en el en el compromiso de un padre de familia, en la responsabilidad de los hijos, en la ayuda a los más necesitados, especialmente ver a Dios en los no nacidos”.
“Yo creo que el celebrar la Epifanía es un momento de mucha esperanza, --lo vuelvo a enfatizar-- porque esa estrella que es Jesucristo nunca se apagará, pero dependerá mucho de nosotros que seamos observadores y que nos pongamos en movimiento, porque los Santos Reyes Magos no vieron la estrella y se quedaron estacionados en su lugar de origen, la estrella los movió, los llevó a moverse, incluso después de que ellos descubrieron a Jesús con María Santísima y el señor San José, tuvieron que tomar otro camino y no el mismo, por donde se encontraron tantos obstáculos, para no encontrarse con la maldad de Herodes que quería matar al Niño Dios”.
“Nuestros niños de hoy necesitan unos superhéroes, pero no precisamente los que matan o destruyen, sino unos superhéroes que saben desprenderse, que saben caminar como lo hicieron los Reyes Magos. Esos niños que hoy necesitan tanto cariño y tanta confianza en Dios, yo creo que necesitamos volver otra vez a recordarles que los Reyes Magos existieron, no son una fábula, ni un cuento, ni una leyenda, son verídicos, está escrito en el Evangelio de San Mateo, no es algo que se haya inventado para la Navidad o para celebrar a los Santos Reyes Magos, ellos existieron y ¡¡son Santos!!, porque supieron vivir la Palabra de Dios, vivieron su fe en plenitud”.
“Yo le invito a los niños con mucha alegría y con mucho cariño también, a que nunca olvidemos a los Reyes Magos también como intercesores por la familia y por tantas cosas que se viven ahora, y exhorto a los papás para que siempre les inculquen y enseñen a los niños y adolescentes las verdades de nuestra fe, desde pequeñitos, ya que tengan uso de razón, porque si se deja que crezcan para educarlos, ya es muy complicado formarlos en la fe, para que los infantes no pierdan su capacidad de amar, ni su inocencia, ni su transparencia y pureza de corazón, pues quien no sea como un niño no podrá entrar en el Reino de los Cielos”.
Por último el Padre Carlos Jorge García Noyola, agradeció el apoyo muy voluntario y de mucha caridad que han tenido muchos bienhechores con este Templo de San Juan de Dios, pues –dijo—“esta magna celebración se hizo gracias al apoyo de ellos y de todos los que amamos a nuestra Iglesia de San Luis Potosí, a nuestra ciudad y estado, agradezco todo lo que han dado y ofrecido a lo largo de estos años, y nuevamente los invito a que sigamos acercándonos al Señor, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida”. Concluyó el Sacerdote a quien agradecemos su excelente disposición para hablar con “El Sol de San Luis”.