La Pascua de Resurrección es la época del año en la que los cristianos recuerdan la Muerte de Cristo y celebran también su gloriosa Resurrección, tal y como se describe en el Nuevo Testamento. Se considera una festividad religiosa móvil, ya que las celebraciones de Pascua no tienen lugar siempre en la misma fecha dentro del calendario Gregoriano, sino que la fecha se decide de acuerdo al calendario lunisolar.
Gran parte del simbolismo de la Pascua Cristiana también está relacionado con la Pascua Judía, y ambas celebraciones ocurren en un periodo de tiempo similar. En la actualidad, además de los tradicionales elementos cristianos, las celebraciones de Pascua se caracterizan por otros aspectos laicos y más comerciales, como es el caso de los huevos de Pascua, los desfiles de Pascua y el conejo de Pascua.
Los orígenes de la Pascua
La Pascua es una época del año muy significativa para los cristianos, ya que celebra la resurrección de Jesucristo, una de las historias sobre las que se sostienen los pilares de la fe cristiana. Los cristianos creen que Jesús era el hijo de Dios, quien murió debido a los pecados de la humanidad y resucitó tres días después, para, posteriormente, subir al cielo 40 días más tarde y celebrar su gloriosa Ascensión al Cielo.
Las celebraciones de la Pascua incluyen el Viernes Santo, día que conmemora la crucifixión de Jesucristo y el Domingo de Resurrección o de Pascua, en el que, como su propio nombre indica, se recuerda el día en que Jesucristo volvió a la vida. Los cristianos judíos fueron los primeros en celebrar la Resurrección de Cristo y organizaron las celebraciones de acuerdo con la celebración de la Pascua Judía.
Con el paso de los años, el momento en que se celebra la Pascua Cristiana se fue distanciando de las festividades de la Pascua Judía, hasta llegar al punto actual en que ambas celebraciones son totalmente independientes la una de la otra. No obstante, ambas suelen tener lugar alrededor de las mismas fechas dentro del calendario gregoriano.