Homar Sánchez, galardonado que habló en representación de los ganadores del Premio "20 de Noviembre"

"Estamos seguros de algo, el niño que toma entre sus manos un pincel, una pluma o un instrumento musical jamás tomará un arma"

Angélica Maldonado | El Sol de San Luis

  · sábado 20 de noviembre de 2021

Aire, con cada inspiración, trillones de moléculas de gas se movilizan a través de nuestros cuerpos hacia nuestra sangre. 100 billones de células dentro de nosotros lo necesitan para realizar su funcionamiento y basta con no tenerlo por unos minutos para que dejemos de existir. Tan frágiles y maravillosos son nuestros cuerpos que requieren llenarse de este fluido, de este espíritu, que puede ser transformado a través de nuestras mentes, nuestros cuerpos, nuestras manos en las creaciones más sublimes y en los actos más heroicos.

Primero que nada, quiero agradecer a todos los involucrados en la organización y dictaminación de los premios de este programa. A los jueces, a nuestras autoridades culturales por hacer un esfuerzo por no dejar que este certamen dejara de suceder y continue como una plataforma que catalice la creación artística en nuestro estado. Y en lo personal quiero agradecer a mis padres, mi familia, a mis coristas, a las personas que me inspiran a atrapar todas esas ideas en forma de notas musicales. Este premio es de ustedes.

El artista en tiempos de pandemia no es otra cosa más que un superviviente. Todos tuvimos que aprender a subsistir de muchas formas, salir de nuestra comodidad y buscar nuevas formas de vivir, nuevas maneras de hacer y comunicar nuestras obras y hasta nuevas formas de buscar el alimento. Varios de nosotros tuvimos que encontrar nuevas ocupaciones, aun vendiendo tamales, salsas, lo que fuera. Al final sabemos el espíritu humano perdura y el arte continua a pesar de cualquier desavenencia. Quizás es lo que requiere el artista, salir de su área de confort y ver las cosas desde nuevas perspectivas.

Más que nunca necesitamos al gobierno y las instituciones para recuperar el ritmo, de por sí el vivir como artista en un país como México no es una labor para nada sencilla, los espacios y oportunidades son escasos y hay mucho talento, mucha competencia. Mi petición es que se entienda que la labor artística y la educativa son tan fundamentales como cualquier otra y merecen toda la atención y el apoyo. Nosotros somos privilegiados por haber sido arropados por este certamen, pero aun hay muchos más que requieren algún empujón, un espacio, un contrato, una publicación, un escenario.

Por otra parte, todos los creadores que nos sentamos en este recinto el día de hoy tenemos la enorme responsabilidad de que nuestra labor artística permita el crecimiento de nuestra sociedad, y no simplemente desde el lado de la contemplación o del lucimiento de nuestras diferentes disciplinas, sino desde un lado más importante: El de inspirar. Esta palabra, inspirar, inspirare es hermosísima y su significado nos lleva a lo fundamental de la naturaleza humana. Literalmente significa llenarse de aire, recibir el espíritu en tu interior. Cada que alguien ve, escucha, siente nuestra obra más que un simple espectador debe recibir ese espíritu desde el artista, debe cuestionarse, imaginarse nuevas posibilidades desde su realidad y nuevas formas de aplicar sus vivencias.

México necesita ese espíritu, necesita personas más sensibles, personas que no tengan miedo en expresarse, personas que sepan trabajar en equipo, que sepan trabajar bajo presión, que no teman romper esquemas, personas que trabajen con disciplina, que busquen la excelencia. México necesita inspirarse, necesita que compartamos el espíritu. Necesita artistas.

Porque estamos seguros de algo, el niño que toma entre sus manos un pincel, una pluma o un instrumento musical jamás tomará un arma. Respiremos. Muchas gracias.

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