Con desbordante regocijo espiritual se celebró la Fiesta Patronal en la Parroquia
de San Juan de Guadalupe, celebrando al "Apóstol del amor", al "Discípulo amado", llamado también "el consentido de Jesús": San Juan, Apóstol y Evangelista.
Se celebraron dos Misas solemnes, la primera fue presidida por nuestro Arzobispo Emérito, Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero, quien impartió el Sacramento de la Confirmación a 25 jovencitas(os), acompañado del Párroco, Pbro. Gaudencio Castillo Hernández.
La segunda Misa fue presidida por el Secretario-Canciller de la Arquiodiócesis Potosina, Pbro. Lic. José Antonio Martínez Ortiz, también acompañado del Padre Gaudencio Castillo Hernández.
En ambas celebraciones solemnes se unieron varios Sacerdotes del Decanato Santa María de Guadalupe al que pertenece esta parroquia.
El templo parroquial de San Juan de Guadalupe lució a su máxima capacidad, donde gustosos recibieron la Confirmación niños y jóvenes, que fueron debidamente preparados para recibir este segundo Sacramento de la Iniciación Cristiana, de manos de nuestro Arzobispo Emérito, Mons. Cabrero.
El Presbítero Gaudencio Castillo Hernández, agradeció la presencia de nuestro Arzobispo Emérito y del Secretario -Canciller.
Ambos, en cada Misa, dirigieron una emotiva homilía, en la que resaltaron las grandes virtudes, cualidades, dones y carismas del Apóstol del Amor, del amigo íntimo de Jesús, autor del Apocalipsis, del Evangelio según San Juan, y 3 cartas que forman parte de las Sagradas Escrituras.
Durante la homilía, ambos explicaron claramente por qué fue San Juan fue el predilecto de Jesús, por qué fue su amigo más íntimo, el más fiel, el Apóstol elegido para presenciar ciertos misterios.
San Juan tuvo el valor de seguir hasta la cruz a Jesús.
"San Juan no tuvo miedo a seguir a Jesús hasta el calvario, porque lo movió el gran amor que sentía por su Maestro, por eso se le revelaron a este apóstol misterios muy especiales que sólo pudieron comprender Pedro, Santiago y él, pues sólo ellos contemplaron la Transfiguración del Señor Jesús en el Monte Tabor".
"El Discípulo amado decidió seguirle en la más dolorosa adversidad, que fue su muerte en la cruz, pero también tuvo la gran bendición de ser testigo de la gloriosa Ascensión al Cielo y de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, dándole su lugar, (por humildad) al Apóstol San Pedro".
Cabe señar que en el Templo parroquial de San Juan de Guadalupe hubo un novenario de Misas con entradas de cera, por sectores durante cada día, previo a la celebración solemne de la Fiesta Patronal. Las Misas fueron presididas por el Párroco, Pbro. Gaudencio Castillo Hernández, y el día de la Festividad hubo hermosas danzas autóctonas, música de banda y la tradicional y colorina pólvora que encantó a todos los fieles, iluminando el cielo con hermosas luces multicolores, y desde luego, no podían faltar las tradicionales mañanitas con mariachi, que por cierto, duraron 2 horas, dedicadas especialmente al "Apóstol del Amor".