El Potosino Enrique Hernández desde muy pequeño supo que la música sería su vida entera, a los ocho años le regalaron su primer violín, sus papás lo llevaban a conciertos de música de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).En segundo de secundaria, su amor creció por tocar el el violín, "mi maestro de arte de la secundaria José Luis Ortiz Díaz Infante, se enteró que tocaba el violín y me invitó a adicionar a la orquesta de cámara de UASLP, en donde trabajaba mi papá" que comentó el músico para esta casa editorial El Sol de San Luis
"Recuerdo que salía de la secundaria de clase de biología y me iba a tocar en la orquesta, llegaba y practicaba todo el resto de la tarde hasta la una de la mañana, en segundo de secundaria me di cuenta que era mi pasión y mi vocación decidí ser artista, aunque supe que sería difícil tener un buen sustento para una familia, decidí renunciar a tener una y dedicarme a el arte".
Gracias a su gran talento artístico, llegó a ganar concursos escolares de violín en secundaria. cuando fue a adicionar le comentaron que tiene cuerpo y manos de violinista.
"Fue duro mi aprendizaje hay maestros muy estrictos que te gritan mucho, si no sabes canalizar esos traumas difícilmente puedes avanzar, es la pedagogía del terror, sin embargo resultados valen la pena". Recuerda que su primer acercamiento con la música fue con un teclado a la edad de cinco años, su papá es violista jubilado de la orquesta de cámara de UASLP, el fue de sus primeros maestros, le enseñó solfeo, corregía su técnica, la desafinación y problemas rítmicos qué hacia mal cuando tocaba el violín,
Su primer presentación fue a la corta edad nueve años, un lunes a las ocho am en honores y a la bandera enfrente de toda la primaria, recuerda que le pidieron que tocará una melodía a una maestra que se jubilaría, enfrente de 700 alumnos, y a los 20 años de edad obtuvo su primer contrato profesional.
Años antes participó en orquestas nacionales y en festivales europeos tocando música gitana. También en proyectos del Instituto Nacional de Bellas Artes ( INBA), dirigía la orquesta de cámara Miquel Álvarez Acosta en Villa de Reyes cuando era adolescente apoyando o ayudando al maestro de violín del municipio con apoyo de CONACULTA.
Asegura que la vida del artista es difícil, vivimos en pandemia desde que decidimos hacer arte, "en mi viaje a Europa recuerdo que traía pocos euros de regreso compraba billetes de lotería en donde llegué a ganar 10 y 15 euros, también en un punto de mi estudio del violín me di cuenta que puedes ser bueno pero cobrar una entrada para que te vayan a escuchar dar un recital sería difícil, actualmente tengo contrato con orquesta, puedes ser muy virtuoso pero en situaciones difíciles como la actual una orquesta te puede dar para comer; estuve colaborando con un proyecto de INBA con cede en CEART cómo docente.