Comenzada por los “padres servitas” (Orden de los Siervos de María) en el siglo XIII, la devoción a la Virgen de los Dolores –en particular en el Viernes de Dolores con la colocación del altar–.
Antiguamente la advocación dolorosa de la Virgen María tenía dos fechas festivas en el calendario litúrgico: el Viernes de Dolores (viernes anterior al Domingo de Ramos) y Nuestra Señora de los Dolores (el 15 de septiembre).
Monograma de la Virgen
Corazón atravesado por 7 espadas: Un corazón hecho de cualquier material con las siete espadas que simbolizan los Siete Dolores sufridos por la Virgen.
LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN:
La profecía de Simeón, la huida a Egipto, la pérdida del niño Dios en el Templo, Jesús y María se encuentran en el camino a la Cruz, Jesús muere en la Cruz, Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de María, y Jesús es sepultado.
Elementos de la Pasión: Los clavos, el martillo, la corona de espinas, el gallo, la esponja, el pilar, el INRI, la caña, los dados, la lanza y la cruz sin Jesús también se colocan a los pies del altar.
Fue la aristocracia mexicana la que conservó el tradicional Viernes de Dolores, pues en los portones que dan a las calles de San Ángel, colocaban los altares, y los niños corrían de puerta en puerta, rezando rosarios para obtener un jarrito de agua fresca y un plato de comida del día.
Elementos más comunes del Altar de Dolores y su significado:
Imagen central: La Virgen María en su advocación de Dolorosa, de la Piedad, de la Virgen de la Soledad o Virgen de las Angustias, puede ser en pintura, cuadro o en estatua de bulto o de vestir.
Flores: Las flores son símbolo de vida y belleza, y acompañan a la Virgen María. Deben ir marchitas, y si es posible, de color morado, símbolo de la tristeza o luto, por la Pasión de Cristo.
Aguas: Deben ser de diferentes colores, en especial: blanco, verde, y rojo (horchata, chía, limón, jamaica) y representan la pureza de la Virgen, la esperanza de María en la Resurrección de Su hijo, el atardecer del Calvario durante la Crucifixión y la Sangre derramada por Cristo para la redención de los hombres.
Las aguas se ofrecen a quienes visitan a la Virgen y rezan un rosario. Simbolizan que a través de la intercesión de María, los visitantes recibirán el agua de vida eterna. Otros consideran estas aguas como ‘las lágrimas de la Virgen’.
Semillas germinadas: Al inicio de la Cuaresma se siembran en macetas semillas de trigo, chía y cebada; deben germinar para el viernes. Los cereales en crecimiento simbolizan la nueva vida que Jesús ha participado al mundo con su muerte y el trigo en particular simboliza la hostia en donde Cristo se hace presente.
Vid: de ellas habrá de surgir el vino que en la Misa se convertirá en la sangra de Cristo que alimenta y redime a los creyentes.
Naranjas y banderas doradas: Este elemento significa que sobre el agrio y amargo sentimiento por la Muerte de Cristo hay estandartes de gloria que anuncian su Resurrección.