/ miércoles 17 de junio de 2020

Terapias para controlar el estrés

Son muchas las técnicas que existen, pero es importante aprender a conocer tu interior para reconocer los síntomas

Son muchas las técnicas que existen para permitir a cualquier persona a sobrellevar el estrés, es decir convivir con él sin que te haga daño. Por ello, es importante aprender a conocer tu interior para reconocer los síntomas del estrés y manejarlo antes de que él te maneje a ti. Entre las terapias más recomendadas, te sugiero probar estas cinco:

1. Aromaterapia: es una técnica oriental muy antigua, cuyo efecto es relajar. Consiste en utilizar aceites de hierbas y otras plantas aromáticas, que la ser aplicadas en el cuerpo, logren la relajación o el alivio de un dolor o trastorno. Estas soluciones se pueden aplicar sobre la piel con un relajante masaje, inhalar en forma de vapor o del humo generado por velas aromáticas, agregarse en forma de burbujas o aceites en el agua del baño o usarse en compresas que se aplican en determinados lugares del cuerpo.

Esta técnica basa su eficacia en dos mecanismos básicos: el sentido del olfato y la capacidad absorbente de la piel. Los terapeutas afirman que la inhalación de determinadas fragancias hace que el cerebro libere productos químicos que combaten el estrés y la fatiga.

2. Respiración: el control adecuado de la respiración es una de las estrategias más sencillas para hacer frente a las situaciones de estrés. Tener hábitos correctos de respiración es muy importante porque aporta al organismo el suficiente oxígeno para el cerebro. El objetivo de las técnicas de respiración es facilitar el control voluntario de ésta y automatizarlo para que pueda ser mantenido en situaciones de estrés.

3. Risoterapia: el buen humor genera mayor productividad y disminuye el estrés. El humor es un resorte motivador por excelencia, que además de ser una válvula de escape para la tensión, propicia la creatividad y ganas de trabajar.

El humor debe ser considerado como un coadyuvante del bienestar, del mejoramiento de la organización y de la persona. Conlleva la solución de conflictos, resistencia a la excesiva carga de estrés y establece una comunidad más fluida, y es una excelente medicina que reduce la tensión, ansiedad y depresión.

4. Masaje: cuando los músculos se encuentran tensos o han sido sometidos a demasiado esfuerzo acumulan sustancias de desecho que causan dolor, rigidez, e incluso, espasmos musculares. Al incrementar la circulación hacia y desde los músculos, el masaje acelera la eliminación de estas sustancias tóxicas y dañinas. A la vez, el masaje hace que llegue sangre y oxígeno fresco a los tejidos con lo que se aligera el proceso de recuperación de lesiones y de numerosas enfermedades.

5. Musicoterapia: la música influye sobre el ritmo respiratorio, la presión arterial, las contracciones estomacales y los niveles hormonales. Los ritmos cardiacos se aceleran o se vuelven más lentos de forma tal que se sincronizan con los ritmos musicales. También se sabe que la música puede alterar los ritmos eléctricos del cerebro.

La terapia musical sostiene que lo que uno escucha puede afectar la salud positiva o negativamente. El sonido puede ser un gran sanador. Los terapeutas musicales utilizan el sonido para ayudar con una amplia variedad de problemas médicos, que van desde la enfermedad de Alzheimer hasta el dolor de muelas.

El hecho de utilizar una técnica para el manejo del estrés y poder controlar sus efectos nocivos no quiere decir que ya se ha curado una enfermedad que surgió a partir del mismo, es importante acudir al médico respectivo para evitar mayores complicaciones.

Son muchas las técnicas que existen para permitir a cualquier persona a sobrellevar el estrés, es decir convivir con él sin que te haga daño. Por ello, es importante aprender a conocer tu interior para reconocer los síntomas del estrés y manejarlo antes de que él te maneje a ti. Entre las terapias más recomendadas, te sugiero probar estas cinco:

1. Aromaterapia: es una técnica oriental muy antigua, cuyo efecto es relajar. Consiste en utilizar aceites de hierbas y otras plantas aromáticas, que la ser aplicadas en el cuerpo, logren la relajación o el alivio de un dolor o trastorno. Estas soluciones se pueden aplicar sobre la piel con un relajante masaje, inhalar en forma de vapor o del humo generado por velas aromáticas, agregarse en forma de burbujas o aceites en el agua del baño o usarse en compresas que se aplican en determinados lugares del cuerpo.

Esta técnica basa su eficacia en dos mecanismos básicos: el sentido del olfato y la capacidad absorbente de la piel. Los terapeutas afirman que la inhalación de determinadas fragancias hace que el cerebro libere productos químicos que combaten el estrés y la fatiga.

2. Respiración: el control adecuado de la respiración es una de las estrategias más sencillas para hacer frente a las situaciones de estrés. Tener hábitos correctos de respiración es muy importante porque aporta al organismo el suficiente oxígeno para el cerebro. El objetivo de las técnicas de respiración es facilitar el control voluntario de ésta y automatizarlo para que pueda ser mantenido en situaciones de estrés.

3. Risoterapia: el buen humor genera mayor productividad y disminuye el estrés. El humor es un resorte motivador por excelencia, que además de ser una válvula de escape para la tensión, propicia la creatividad y ganas de trabajar.

El humor debe ser considerado como un coadyuvante del bienestar, del mejoramiento de la organización y de la persona. Conlleva la solución de conflictos, resistencia a la excesiva carga de estrés y establece una comunidad más fluida, y es una excelente medicina que reduce la tensión, ansiedad y depresión.

4. Masaje: cuando los músculos se encuentran tensos o han sido sometidos a demasiado esfuerzo acumulan sustancias de desecho que causan dolor, rigidez, e incluso, espasmos musculares. Al incrementar la circulación hacia y desde los músculos, el masaje acelera la eliminación de estas sustancias tóxicas y dañinas. A la vez, el masaje hace que llegue sangre y oxígeno fresco a los tejidos con lo que se aligera el proceso de recuperación de lesiones y de numerosas enfermedades.

5. Musicoterapia: la música influye sobre el ritmo respiratorio, la presión arterial, las contracciones estomacales y los niveles hormonales. Los ritmos cardiacos se aceleran o se vuelven más lentos de forma tal que se sincronizan con los ritmos musicales. También se sabe que la música puede alterar los ritmos eléctricos del cerebro.

La terapia musical sostiene que lo que uno escucha puede afectar la salud positiva o negativamente. El sonido puede ser un gran sanador. Los terapeutas musicales utilizan el sonido para ayudar con una amplia variedad de problemas médicos, que van desde la enfermedad de Alzheimer hasta el dolor de muelas.

El hecho de utilizar una técnica para el manejo del estrés y poder controlar sus efectos nocivos no quiere decir que ya se ha curado una enfermedad que surgió a partir del mismo, es importante acudir al médico respectivo para evitar mayores complicaciones.

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