Ser Madre es la bendición más maravillosa y a la vez poderosa que tiene toda mujer, el dar a luz a un nuevo ser, es el milagro más grande que toda mujer puede experimentar.
Una Madre es todo amor, entrega, y sacrificio, pues las Madres no escatiman en dar su amor incondicional y sin límites a sus hijos. Para ellas no hay ni un día de descanso desde que dan a luz; ellas nunca renuncian a su vocación y misión de vida como madres, se les podrá ver muy fatigadas, dolidas, sufrientes, abnegadas, pero siempre con inmenso y evidente amor para darlo a sus hijos.
Dios las bendiga, hermosas mujeres de alma y de cuerpo por darle un SÍ, a la Vida, por permitirles nacer a sus hijos y llevarlos en su vientre, darlos a luz con inmenso amor, amamantarlos, educarlos, forjarlos y prepararlos para enfrentarse a la vida.
Gracias por sacrificarse y dar la vida misma por sus hijos, y quererlos incluso más que a sí mismas, a pesar de que muchas veces los hijos son ingratos, y las puedan dejar a la deriva o en el olvido, sin embargo, siempre serán amadas y recompensadas por Dios, por su gran amor maternal.