Éste Lunes 24 de Mayo, se celebrará la magna Fiesta Patronal en honor a María Auxiliadora, con una amplia gama de actividades, entre las que destaca la solemne concelebración Eucarística presidida por el Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero, quien estará acompañado del Pbro. Cesáreo Paulín Hernández, Encargado del recinto mariano.
Cabe señalar que desde temprana hora, habrá una programación muy especial, para honrar a la Madre del Verdadero Dios por Quien se vive en su advocación de María Auxiliadora:
A las 6:00 AM se rezará el Rosario de Aurora. A las 7:00 AM se le entonarán las tradicionales Mañanitas a la Virgen con Mariachi. A las 8:00 AM Misa con Mariachi. 7:00 PM Misa solemne, presidida por Arzobispo, Mons. Cabrero Romero.
A partir de las 4:00 PM habrá armonización musical y danzas (Familia Zavala). Habrá venta de Taquitos rojos, aguas frescas, pastel, gelatina, etc. Lo que se consuma será para ayuda del templo. Quien guste puede llevar ofrendas, Hostias, vino para consagrar y material para hacer el aseo del templo. María Auxiliadora, cuida, protege y bendice a todo nuestro Estado Potosino y a nuestro amado México
SOBRE MARÍA AUXILIADORA, NUESTRA MADRE SANTÍSIMA
María, auxilio de los cristianos (en latín: Maria Auxilium Christianorum) es un título antiguo dado a María, madre de Jesús. San Juan Crisóstomo, desde el año 398, la llamaba «Auxilio potentísimo, fuerte y eficaz de los que siguen a Cristo». Este título tomó fuerza en Occidente con el Papa Pío V en el siglo XVI y fue definitivamente popularizado con el desarrollo de las obras educativas y apostólicas de Don Bosco en el siglo XIX, en la advocación mariana de María Auxiliadora.
Aunque comúnmente se asocia el título con la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa también lo conoce desde que en 1030 Ucrania logró defenderse de una invasión bárbara, hecho que la religiosidad de la época atribuyó al auxilio de la Virgen María.
Hasta el siglo XIX, la advocación de María Auxiliadora se asoció fuertemente a la defensa militar de los bastiones católicos y ortodoxos en Europa, el norte de África y Medio Oriente frente a los pueblos no cristianos, muy especialmente los musulmanes.
Precisamente bajo el pontificado de Pío V, los pueblos euro-cristianos reunieron una importante fuerza militar para detener en la batalla de Lepanto (1571) el expansionismo del Imperio otomano por el Mediterráneo occidental.
Mientras la Liga Santa encabezada por España e integrada por los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya, derrotaron a la armada del Imperio otomano, el Papa había pedido a toda la cristiandad que rezara el rosario.
En gratitud por la victoria, el Papa Pío V instituyó la fiesta de la Virgen de las Victorias, después conocida como la fiesta del Rosario, a celebrarse el primer domingo de octubre, y agregó el título "auxilio de los cristianos" (Sancta Maria Auxilium Christianorum) a las letanías lauretanas.
Con la popularización que los salesianos hicieron de la devoción a María Auxiliadora en todos los países en donde se abrieron casas de Don Bosco, se dio el surgimiento de numerosos santuarios, entre los cuales el más célebre es precisamente el de la Basílica de María Auxiliadora en Turín. El título de María como «auxilio de los cristianos» forma parte hasta hoy de las letanías lauretanas.
La advocación de María Auxilio de Cristianos ha sido vista por lo general como un aspecto de carácter militar de la Virgen María como defensora de la fe cristiana. Este aspecto puede ser rastreado en los elementos que fundamentan la mariología dentro de la Iglesia católica y ortodoxa.
La advocación Auxiliadora, era ya conocida en los primeros siglos, por las primeras comunidades cristianas y los Padres de la Iglesia. En numerosas inscripciones cristianas encontradas en los territorios de hegemonía griega se encuentran dos títulos por medio de los cuales se refería a la Virgen María: uno es Θεοτόκος (Teotokos, Madre de Dios) y el otro es Βοήθεια (Boeteia, Auxiliadora).
La invasión musulmana y la Batalla de Lepanto
Las luchas centenarias entre naciones cristianas y musulmanas tuvo su culmen en el siglo XVI. El Islam había destruido ya el Imperio bizantino con la Caída de Constantinopla el 29 de mayo de 1453 y se preparaba para entrar a Europa.
El Papa Pío V fue el principal promotor de una alianza europea con el fin de contrarrestar el avance de los otomanos a la cual se denominó la Liga Santa de 1571 (la segunda del siglo XVI) y que quedó conformada por España, Venecia, Génova, Malta y los Estados Pontificios. El 7 de octubre de 1571 se libró una de las batallas más importantes de la historia, la de Lepanto, en la cual fueron vencidas de manera definitiva las huestes otomanas y Europa occidental fue preservada de la invasión.
Para el mundo eurocatólico de la época, la detención de dicha invasión fue leída desde una perspectiva religiosa de lucha entre el bien y el mal, interpretando ésta, según los paradigmas medievales y los enfrentamientos entre las dos religiones monoteístas. En tal caso, se concluyó que el éxito de los ejércitos católicos se debía a la intervención de la Virgen María que había ido en auxilio de los cristianos.
Dicho precedente se reflejaría pocos años después en Baviera, el sur católico de Alemania, en donde se vieron amenazados por el avance del luteranismo durante la Guerra de los Treinta Años.
En dicho contexto hicieron una promesa a la Virgen: si Esta los libraba de su invasión, la honorarían con el título de Auxiliadora de los cristianos. De este hecho histórico viene la llamada Asociación de María Auxiliadora. “Yo tu auxilio Te pido Virgen Santísima, ruega por nos”.