Con una misa de acción de gracias y una esplendida reunión con sus seres queridos, María Guadalupe Ramírez Muñoz, celebró con gran júbilo 94 años de una vida llena de plenitud. La misa se llevó a cabo en la Iglesia “Juan Bosco” oficiada por su nieto, el presbítero Oscar Torres Hernández, quien viajó especialmente a la capital potosina para presenciar este importante acontecimiento familiar
La abuelita Lupita, como cariñosamente la llaman, nació en Panuco Veracruz, hija del matrimonio de Guadalupe Muñoz Buenrostro, ama de casa y José G. Ramírez Salcedo, militar y ex presidente municipal de Panuco Veracruz. En la época de la bonanza de explotación del petróleo en la zona de estado veracruzano y la colindancia con San Luis Potosí en el municipio de Ébano.
A los 9 años, se fue a vivir con sus hermanos a Ciudad Madero Tamaulipas. Durante su infancia tenía el anhelo de ser maestra normalista, pero su padre le encomendó que se aprendiera el oficio de la imprenta, oficio que dominó a la perfección, después enseñó a sus hermanos varones menores, lección de vida es que empíricamente enseñó a leer y escribir a niños en su casa, hecho constatado por un importante comerciante tamaulipeco.
A los 20 años conoció al amor de su vida el Maquinista Ferrocarrilero Don Francisco Torres QDEP, unieron sus vidas en matrimonio en San Luis Potosí, con quien tuvo una descendencia de 9 hijos, Francisco Torres, María del Socorro, Esther Torres, Dolores Torres, María Guadalupe, Roberto Torres, Raúl Torres, Armando Torres QDEP, y el menor Alejandro Torres, fruto de 27 nietos y 9 bisnietos y uno más que está por nacer.
Muy contenta y radiante se la pasó la festejada por tener la dicha de disfrutar a su familia reunida. Los nietos y bisnietos le cantaron Las Mañanitas y la llenaron de besos, abrazos y buenos deseos.
“Estoy muy feliz de celebrar con todos ustedes, a todos los adoro, y amo la vida”, así agradeció Lupita a sus invitados especiales, una mujer de gran ejemplo, fuerza, disciplina, creativa, bondadosa, y sobre todo amorosa. Derrochando una alegría muy propia de alguien que pasa por un acontecimiento muy satisfactorio.
La festejada e invitados degustaron la variedad de la exquisita gastronomía mexicana, en el momento propicio todos brindaron y celebraron otro año más de vida gracias a Dios, deseándole lo mejor hoy y siempre. En todo momento Lupita Ramírez agradeció con una sonrisa y por haber compartido con ella un día tan especial y dicha.
¡Enhorabuena y muchas felicidades por estos 94 años de vida con sabiduría y plenitud, que Dios la siga bendiciendo!