- Sin ellos, ¿Quién construiría nuestras paredes, quién haría nuestras casas, hospitales, hoteles, escuelas, instituciones, centros de diversión y recreación, plazas comerciales, amplios y elegantes centros de paseo, etc.?
Este Domingo 03 de Mayo, se celebrará el Día de la Santa Cruz, una hermosa tradición que se celebra en todo el mundo, pero de manera especial en México y en San Luis Potosí. La magna festividad nos recuerda que por el madero de una Cruz, Cristo redimió a la humanidad, el Verbo se hizo Hombre y murió en una Cruz para la salvación del mundo.
También entre cal, arena, andamios, varillas, alambre, vigas, bultos de cemento, los albañiles festejarán su día rodeados de sus queridas familias, pues el día que se adora la Santa Cruz en la que murió el Redentor del Mundo, también se celebra el “Día del Albañil”.
El 3 de mayo de cada año, se festeja "El Día del Albañil y del Maestro de Obra" y es la misma fecha en que se celebra el día de la Santa Cruz con este motivo los albañiles desde días antes, construyen su cruz, de los mismos desechos de la obra para colocarla en la parte superior y más alta de la construcción.
Esta es una fiesta muy tradicional y antigua, fiesta que conmemora a la Cruz en la que Cristo realizó su mayor Sacrificio por amor a la humanidad, y que además recuerda su triunfo sobre la muerte a través de su Resurrección.
Sin embargo, la Santa Cruz posee también un segundo significado, puesta está relacionada con una antigua creencia indígena. Ante la Conquista, los indígenas mesoamericanos relacionaron a la Cruz con las direcciones cardinales de la cosmografía indígena norte, sur, este, oeste y centro que gráficamente formaban la cruz.
Con la llegada de los españoles, se erradicó esta evocación y se sustituyó por el simbolismo religioso de la Santa Cruz.
Desde entonces se estableció la celebración de esta fiesta con la construcción de casas, iglesias, conventos, y demás edificaciones con mano de obra indígena.
Así en casi todas las obras en construcción se hace una bonita y muy emotiva celebración a la que se invitan familiares y amigos de los albañiles, donde el padrino es el propietario de la edificación o en su defecto lo son los ingenieros, arquitectos o residentes de la obra.
Alzados de muros, paredes y tapias colocación de cubiertas y canalizaciones de fluidos sin presión, la preparación de cemento y otras tareas de obra no especializadas, son olvidadas por un momento para darle gusto al cuerpo.
Desde temprano los trabajadores de la cuchara acuden al lugar donde entregan su mayor esfuerzo, aunque esta vez, no lo hacen para trabajar sino para festejar...
Dentro del menú de la fiesta no pueden faltar algunos de los platillos mexicanos más tradicionales y populares entre este gremio, la barbacoa, el chicharrón, las carnitas de puerco, los tamales, la carne asada y sin faltar los frijoles al albañil -frijoles con chorizo-, chile y por supuesto, montones tras montones de tortillas calientes y salsa picante, sin faltar litros de agua fresca y bebidas preparadas al gusto.
El albañil es un hombre que pasa desapercibido para la sociedad, pero su obra ahí está, en muchas ocasiones hemos quedado impresionados al ver tan espectacular construcción, ya sea una casa, un edificio, un puente, un centro de convenciones, un hospital, un club deportivo y social, y es el trabajo de muchos hombres que toman la responsabilidad de construir de la nada semejante belleza con sólo utilizar sus manos.
La gran mayoría de los hombres de la cuchara no cuenta con una vida llena de lujos, pero lo poco que logran conseguir lo disfrutan como si fuera el todo en sus vidas, algunos no están conformes por su estilo de vida tan pesada.
Es de los trabajos que más esfuerzo físico y sudor requiere, y si bien es cierto que son los constructores de modernas y elegantes residencias, su hogar, muchas veces consta de unos simples y sencillos cuartitos construidos de lámina de cartón, uno porque ganan muy poco, apenas para sobrevivir ellos y sus familias que realmente viven al día, por no decir que apenas y subsisten.
Es necesario en muchas ocasiones largas jornadas de trabajo bajo condiciones adversas como son temperaturas a más de 45 grados bajo un sol intenso, pero aún así la gran mayoría de las familias se sienten orgullosas del albañil, incluso, es una tradición que pasa de generación en generación.
A pesar de que de vez en cuando se echen sus cervecitas, tienen en mente el darles a sus hijos una estabilidad económica, el darles lo que a él en algún momento no le dieron, el brindarles la oportunidad de estudiar y ser unos hombres o mujeres de bien, que no tengan que trabajar en jornadas tan pesadas y con una remuneración tan diminuta como lo es el sueldo de un albañil. Lamentan que hay temporadas en las que el trabajo escasea y a pesar de todo tienen que hacer el sacrificio para sacar adelante a la familia, aunque admiten que hay temporadas donde les va muy bien y pueden llegar a juntar un guardadito.
Sin ellos, ¿Quién construiría nuestras paredes, quién haría nuestras casas, hospitales, hoteles, escuelas, instituciones, centros de diversión y recreación, plazas comerciales, amplios y elegantes centros de paseo, etc.?
Elevemos una oración de todo corazón por ellos, para que Dios los fortalezca, los bendiga, los ilumine, y les haga justicia, por el sudor sacrificado de su frente que tanto ha resbalado de su rostro cansado, quemado y ya hasta curtido por el sol.
Dios los bendiga y los premie siempre por trabajar “de sol a sol”.