Ante el ¡calorón!, una agüita de coco

Hay de todos tipos y tamaños, para degustar su agua y pulpa, muy benéfico para la hidratación: “Don Coco”

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

  · martes 20 de abril de 2021

Durante temporada, este fruto puede ser muy cotizado y llegar a venderse bien / Alejandra Ruiz

Con más de 30 grados centígrados y con el sol sobre sus hombros, entre una pila de gran variedad de cocos, Polo Pérez Ponce de 54 años de edad, se dedica desde hace más de 40 años a la venta de este tropical fruto naciente de las palmeras originarias de la costa mexicana, para dar un gustito a las personas que se enfrentan a las altas temperaturas y que buscan calmar la sed con el buen sabor de una nucifera.

“Desde hace cuatro décadas me dedico a ser “coquero” o vendedor de cocos en diversos tianguis y mercados ambulantes de la capital. Aprendí el oficio de mi padre, quien nos mantuvo pelando, cortando y vendiendo cocos en la vía pública desde que era muy pequeño”.

El precio de un coco es según su tamaño que oscila entre los 15 y 25 pesos / Alejandra Ruiz

“Desde entonces me enseñó el oficio. Tiene su chiste, hay que saber desde los diferentes tipos de cocos que existen y hasta el gusto de la clientela, para ofrecerle el de mayor calidad”

En punto de las ocho de la mañana Polo se prepara y carga su carrito con los mejores cocos que le han traído de diversas partes del país, pero los más ricos -según indica- los de Acapulco y la Costa Chica.

Es así como este comerciante va apilando coco por coco para trasladarse a sus puntos de venta, los cuales se dividen por toda la zona del tianguis de “El rastro”, la zona de Abastos y las colonias Prados y La Libertad.

Todos lo conocen como “Don Coco”, vendedor de fruta originario de San Luis Potosí que gracias a su arduo y dedicado trabajo en la capital, ya se ha convertido en toda una referencia y cuando es momento de instalarse en cualquier punto ya hay una fila de compradores esperándole.

Su maestría y conocimiento que le ha otorgado su trabajo, le ha hecho aprender qué es lo que buscan sus clientes, “para vender cocos hay que conocer el gusto de nuestros compradores, por ejemplo, hay a quién le gusta la pulpa más suave y más dulce, a otros el agua de coco natural sólo con un toque suave de sabor. Para encontrar todo esto, hay que conocer la variedad de cocos que se venden y así poder ofrecer un producto idóneo”.

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

Hay que tener estilo para sacar el coco, hay que golpearlo con el machete para quitarle la fibra de la corteza. El machete es especial y me sirve para pelar y retirarle el agua a los cocos. La cuchara es únicamente para extraer la pulpa

Es así como entre la montaña de cocos que dispone en su puesto, Polo elige el correcto para satisfacer el paladar de uno que otro cliente. Ya sean de corteza dura y gruesa, o delgada y colorada, este vendedor de cocos se prepara para seleccionar el fruto más apto para sus compradores.

Así es como toma el coco entre sus manos, lo huele para distinguir ese delicado aroma que emana de su superficie, lo agita concienzudamente para así calcular cuánta agua contiene en su interior y se dispone a pelarlo.

Un machete y una cuchara de metal son sus herramientas. “Don Coco” refiere que para pelar este fruto sólo es necesario abrir su corteza, lo demás sólo dependerá de la fuerza.

“Los cocos que yo vendo se les conoce como de “cuchara” y de “media cuchara”. También traigo coco fresco, que tiene su pulpa un poco más suave, es decir no tiene muchos días de haber sido cortado. Ahí radica la diferencia en sabores, cuando el coco ya está maduro o macizo el sabor de su agua es muy simple, y si es más fresco es mucho más dulce”, indicó Polo.

Los días de sol a sol para Polo y su familia son la oportunidad para conseguir unas monedas para subsistir / Alejandra Ruiz

Al día en esta temporada de calor (de enero a julio), este comerciante de cocos puede llegar a vender 80 piezas de este fruto. No obstante, hay días en los que la clientela puede ser mayor debido a las altas temperaturas, el consumo de este fruto favorece la digestión, la hidratación, evita problemas de circulación y ayuda a mantener la piel, dicen los expertos

El precio que maneja según el tipo de coco que le pidan oscila entre los 15 y 25 pesos, que incluye su agua y pulpa, según lo solicite el cliente.

Los días de sol a sol para Polo le han significado para él y su familia una manera de subsistir, entre la venta y el traslado, este vendedor de cocos agradece estas más de cuatro décadas en la que su clientela lo ha mantenido a flote y en gusto de la gente.

“No me queda más que dar las gracias, a veces los comerciantes de este tipo de rubro somos desapercibidos por muchos, sin embargo sé, que no me mantendría de este oficio si no fuera por mi clientela. El gusto por los cocos en San Luis Potosí siempre ha estado y permanecido, y es eso lo que me ayuda a seguir adelante, tienen Don Coco para otro rato”, finalizó.