«Padre Sedeño, influencia espiritual benéfica en el Beato Moisés Lira Serafín»
En el caminar de la vida del beato Moisés Lira Serafín hubo personas consagradas que fueron significativas para él y lo ayudaron a ser un gran sacerdote y religioso, el Padre Vicente Sedeño fue una de ellas, quien ejerció un piadosa y benéfica influencia espiritual en su persona. Los santos se dan en racimo, Moisés es un reflejo de este santo varón.
El Padre Vicente nació el 12 de mayo de 1854. En sus años infantiles frecuentaba el Oratorio de los Filipenses en Puebla, en compañía de su tía Carmen Sedeño, con quién pasó algunos años después de la muerte de su padre, y que le ayudó para que hiciera su Primera Comunión. Después volvió a su Ciudad Natal, Huejotzingo, para vivir al lado de su madre.
Por los años de 1865 ingresó al Colegio Preparatorio del Seminario y después al Seminario Palafoxiano de Puebla.
Los años que preceden a la Ordenación Sacerdotal son tiempo de preparación para una identificación con Cristo. El joven Vicente debía vivir años hondamente dramáticos para él porque su tío, Don José Ma. Munive, le negó toda su ayuda moral y económica por haber seguido los estudios eclesiásticos; podía llegar a su casa, pero como cualquier indigente, sin esperar otro trato. Doña Juana Cordero, su madre imploró la caridad entre familias conocidas de Huejotzingo para ayudar a su hijo, a fin de que pudiera realizar su deseo: llegar a ser sacerdote.
Entre el estudio y en medio de una atmósfera de sufrimiento, sin descuidar su vida espiritual, intensificando su oración y consagrándose a la práctica de la humildad, pasó los años de sus estudios eclesiásticos. Con esta preparación llegó al sacerdocio el 13 de junio de 1877. Fue un hombre humilde, recordando después esos años, decía: “conozco a una persona que hace más de sesenta años trabaja por adquirir la humildad y apenas está en la primera letra” Se entendía que lo decía de sí mismo.
El 22 de junio de 1877 este joven sacerdote solicitó su ingreso como novicio al Oratorio de San Felipe Neri, y terminó su noviciado en 1880.
La vida del Padre Sedeño fue un servicio no interrumpido al Pueblo de Dios y muy particular a los pobres que diariamente llegaban hasta él implorando su ayuda, la que siempre encontraban, y para los pecadores, para quienes tenían siempre el corazón abierto. El Padre Félix de Jesús Rougier decía: “El Padre sedeño es el Santo Cura de Ars en México”
Sin duda alguna que estas características del Padre Sedeño se manifestaron en la vida del beato Padre Moisés Lira Serafín. En una de sus cartas al Padre Félix escribe: “Las almas las amo con un amor inmenso porque Jesús se apasionó por ellas, pero con mucha pureza, con mucho Cristo. Cuando las trato, las veo como imágenes de la Trinidad, como templos de Dios, como esposas del Cordero Inmaculado, es decir las trato con luz. Y de ahí viene la delicadeza, prudencia y paciencia con que las trato”.