/ domingo 6 de octubre de 2024

Un camino hacia el padre | «Arranque de generosidad, Beato padre Moisés Lira Serafín»

Art. 928

El Venerable Félix de Jesús Rougier, fundador de los Misioneros del Espíritu Santo, era todavía sacerdote Marista cuando llegó de Colombia a México para llevar a cabo una misión sublime, pero parecía que se estaba volviendo casi imposible. Desafortunadamente las circunstancias sociales, económicas, políticas y religiosas, impidieron que el Padre Félix realizara el propósito que traía en mente.

Fue hasta el 25 de agosto de 1914 cuando pudo consultar al ahora Venerable Mons. Ibarra en relación a cuantas vocaciones podrían ingresar a quienes conocían muy bien.

El Padre Félix de Jesús Rougier entró al Seminario y por fortuna se encontró con el alumno Moisés y en este maravilloso momento quedó estupefacto al ver la personalidad del Sacerdote Marista que venía de Colombia.

En estos días estando dentro del Seminario, quiso dirigirse con todos los estudiantes existentes para hablar con ellos a cerca del proyecto eclesiástico que traía entre manos, como una obra venida de la iniciativa divina y por medio de una persona llamada Concepción Cabrera de Armida, ahora beata.

De todos los asistentes solo uno tomó la determinación de ingresar, este fue Moisés Lira Serafín, quien ya tenía tiempo reflexionando al respecto hasta que llegó la hora de decidir. Su constante fe en Jesús en el Sagrario, propició que se tomara con toda tranquilidad y confianza el deseo de decirle al Padre Félix de Jesús: “Aquí estoy”. Y a partir de este momento, la vida vocacional de Moisés empezó a girar en torno a las sabias indicaciones del Padre Félix, quien estaba esperando el momento para recibir con toda la alegría posible a Moisés Lira, como su primer novicio.

Moisés se mantuvo firme, como Misionero del Espíritu Santo, llegando a decir de él el Padre Félix a sus hijos espirituales: “Fíjense en Moisés, lo tienen por modelo, tiene el espíritu de la Congregación”. Dios ha concedido un milagro por su intercesión, reconocido por la Iglesia y con él fue beatificado. Es el primer Misionero del Espíritu Santo y también el primer beato Misionero del Espíritu Santo. El vivió como pequeño, como el último entre sus hermanos, y Dios cumple su promesa, “el más pequeño entre ustedes ese es el más grande”.

Encomiéndate a su intercesión, y comunica los favores recibidos. Y si Dios lo dispone, pronto conceda un milagro por su intercesión para que pueda ser reconocido como santo. Beato Padre Moisés, ¡ruega por nosotros!

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