Próximo sábado 14 de septiembre: Beatificación del Venerable Moisés Lira Serafín
Hoy celebramos el nacimiento de la Santísima Virgen, quien fue enaltecida por su humildad y pequeñez, por su confianza en Dios; hoy también nos gozamos por la ya pronta beatificación de Moisés Lira Serafín, quien como Ella se alegró de su pequeñez y de su nada, de manera que Dios pudo hacer obras grandes por su medio.
Dios le dio al Apóstol del Amor al Padre, una conciencia muy clara de su debilidad, de su pequeñez, de su nada, por eso lo acercó a Jesús para que lo conociera, le creyera y se transformara en él, en Jesús el Hijo Amado.
Dios mismo lo fue llevando con ternura paternal a un anonadamiento tal, desprendiéndolo de todo y de él mismo, para que se abandonara confiadamente en sus brazos y lo esperara todo de él. El padre Moisés se vivió como un niño-bebé en los brazos de su Padre Dios, amándolo y dejándose amar, sabiendo que todo lo recibía de Dios, escribe al padre Félix en 1922: « El Espíritu Santo reparte sus dones como quiere… soy muy feliz con lo que me dé».
Llegó a identificarse con Jesús y con él y en él se supo: Hijo muy amado del Padre, y por lo mismo, su única ocupación fue Hacer siempre el agrado del Padre (Jn 8,29). Enseña el padre Moisés: «Jesús en su oración dijo: “Aparta de mi este cáliz”, para darnos a entender los sufrimientos terribles que sufría, pero luego añadía: “pero no se haga mi voluntad sino la tuya”. He aquí nuestro modelo. Fiat, palabra de María en toda su vida. Fiat, simple mirada del alma que expresa a su creador la más grande sumisión y el más grande amor. Escribe: «Quiero lo que Tú quieras, Dios mío, y no deseo más que el cumplimiento perfecto y total en mí».
El apóstol de la bondad, fue aprendiendo de Jesús a ser cada día más pequeño, a olvidarse completamente de sí, a vaciarse de sí mismo, tomando como base los textos evangélicos en los que a decir de él mismo, está contenido el espíritu de Infancia Espiritual: El que quiera venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo (Mt 16,24); y Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón (Mt 11,29).
Su ideal era ser otro Cristo. Apasionado por el Padre, como Él, amor inmenso a las almas como Él, bajo la acción del Espíritu Santo, por María. Ser obediente, hasta la muerte de Cruz. Pero conocía su incapacidad para lograrlo por sí mismo, su pobreza, incapaz de ayudarse a sí mismo, totalmente dependiente de Dios, su camino fue dejarse llevar, dejarse hacer por Dios con suavidad, sin esfuerzos.
La Iglesia, al beatificarlo este sábado 14 de septiembre a las 12.00 en la Basílica de Guadalupe, en México, nos confirma que llegó a ser otro Cristo, que podemos invocarlo como intercesor y como modelo. Pidamos a Dios un milagro por intercesión del beato Moisés Lira Serafín para que pronto pueda ser canonizado. Quien no pueda asistir en persona, puede seguirlo en los sitios oficiales de la Basílica de Guadalupe.