La determinación del CEEPAC de cancelar los registros de los partidos Conciencia Popular, Encuentro Social y Laborista cierra una etapa de la política potosina al tiempo que refleja el suceder nacional en ese ámbito.
La pobreza de los resultados que obtuvieron en las elecciones de junio pasado, ha sido la causa para dejarlos fuera de cualquier subsidio en adelante.
Estamos ante un cuadro agónico de varios partidos que han quedado fuera de las asignaciones presupuestales cuyas causas comunes son el desprecio de los votantes frente a sus candidatos y, con ellos, de sus propuestas frente a un ciudadano cada vez más exigente.
Se abre la puerta a nuevas rutas hacia el poder que, hasta el presente año, acapararon los partidos.
Hasta hoy, candidatos independientes pueden aparecer en una boleta electoral siempre y cuando tengan el respaldo de un determinado número de firmas con sus correspondientes certificaciones, sin embargo, todavía este año han sido pocos las mujeres y los hombres que buscaron llegar a cargos de elección por esa vía.
Por otro lado, resulta indispensable que las leyes electorales se revisen y modifiquen para que correspondan a esa nueva realidad nacional que coloca a varios partidos al borde de su desaparición.
PAN, PRI y PRD fueron despojados de la fuerza electoral que les permitió a sus miembros más destacados ocupar cargos en alguno de los tres poderes en los tres niveles de gobierno. Puede uno suponer que los autores de tal despojo hayan sido Morena, PT y PVEM, pero no es así.
Son los ciudadanos quienes no respondieron con sus votos en las pasadas elecciones y la consecuencia inmediata ha sido la pérdida de escaños en el Poder Legislativo Federal, reiterada para renovar los Poderes Legislativos de los Estado y eventualmente en el número de ayuntamientos que estuvieron en juego en la elección reciente.
En casos como el de San Luis Potosí, se ha demostrado que la voluntad popular expresada en votos es modificable a voluntad de los presuntos elegidos que, una vez en el poder, se cambian a otros partidos cometiendo un fraude electoral.
El asalto al poder cometido por las jerarquías políticas, en estados como el nuestro, no es motivo ni causa de protesta por los partidos abandonados que llevaron al triunfo a personajes solo interesados en servirse económicamente de sus cargos, más cuando esa oferta es evidente en el llamado “chapulineo”.
Este es el panorama político que poco se analiza en nuestro contexto. Los partidos recién apartados de la ruta del poder no disponen de estructuras eficientes para atraer la voluntad popular, esa que tanto se esgrime ahora en defensa de modificaciones constitucionales para la concentración del poder en México.
Es cierto que ninguno de los partidos suspendidos del reconocimiento institucional significa algo para el ciudadano común y corriente. Tras la determinación del CEEPAC no hay inconformidad verdadera que motive la revisión de ese acto.
Por eso, es indispensable revisar el contenido de las leyes electorales del país y del estado a fin de abrir al ciudadano elector nuevas rutas que identifiquen a las mexicanas y mexicanos con capacidad de liderazgo para encabezar los nuevos tiempos de la política.
Esas disposiciones deben exigir capacidades y identificaciones. Los accesos al poder no pueden estar a disposición de aventureros de la política armados con sus intereses particulares solamente. Tal parece que la improvisación y la aventura en política terminan su ciclo para el beneficio público que aún, a pesar de todo, guarda esperanzas.
UN DESBARAJUSTE
Los caminos para el futuro del estado están incompletos, con sinuosidades riesgosas y acechanzas de todo tipo.
Los planes no existen. Proyectos dejados a medio camino con gastos no comprobables y beneficios muy inferiores. El desbarajuste en la administración pública rebasa los límites de cualquier tolerancia.
Las líneas de mando están incompletas y los criterios para alcanzar los buenos resultados no aparecen ordenados.
El reclamo de los sectores que presencian la problemática no es una expresión política de desacuerdo y rechazo al gobernante sino el llamado de atención que debe ser escuchado y puesto a consideración de todos para su mejora.
Politizar el desbarajuste no es la intención de fondo. Bien se sabe que las correcciones pueden ser parte de sugerencias bien intencionadas. Colorear con descalificaciones a través de adjetivos altisonantes es negarse a la aportación que muchos están dispuestos a realizar sin más beneficio que el colectivo.
Pareciera que los centros neurálgicos del gobierno están actuando bajo las sospechas de que les quieren hacer daño o desplazarlos. Los términos absolutos que matizan la administración del estado ocasionan evidentes errores y conflictos que, si bien no son fáciles de corregir, reflejan el grado de incompetencia y los riesgos de que pudieran significar posteriores sanciones.
No podemos visualizar al estado a través de historias fantásticas porque la fantasía solamente despierta la ilusión, no expresa la realidad tangible y padecida cuando se contrastan los fracasos.
Los programas de gobierno no deben ser producto de improvisaciones sino respuestas a las necesidades que padece el ciudadano en cada una de las cuatro regiones del estado. Atender las urgencias vitales no ha sido posible desde hace muchos años por diversas razones. Será que no ha sido posible armar un proyecto generacional que convoque el compromiso ciudadano para una respuesta concertada.
Justamente esa situación nos coloca delante de una realidad que, siendo la nuestra, es objeto de proyectos que marginan a la población de su derecho a decidir su futuro. El ejemplo más claro de todo es la desolación que caracteriza a decenas de pueblos y cabeceras municipales cuyos habitantes los abandonan en busca de fuentes seguras de ingreso, mientras la respuesta gubernamental se limita a la entrega de despensas que forman modestos alivios ante el panorama de emergencia en que viven miles de potosinos.
La desorganización en la administración del estado puede tener varias causas, todas ellas reconocibles por los efectos que se palpan en el contexto gubernamental. Es lamentable que el desperdicio incluya a personajes que debieran representar el sentir de la población, en cambio adocenados en torno de una causa política distante del bien común como valor supremo. Esperemos mejores tiempos.
EL COTARRO POLÍTICO
El alcalde Enrique Francisco Galindo Ceballos presidirá una sesión del Comité para el Desarrollo Municipal el lunes por la tarde. Si se permite la expresión de todos los sectores y se atiende a las opiniones expertas en cada materia, seguramente el trienio en marcha tendrá resultados positivos… Mario García Valdez da cuerpo a las expresiones populares por el Día de Muertos facilitando los escenarios para ello. La presencia del Xantolo en Chicago y ahora en las ciudades del estado, son producto de un buen esfuerzo… Cabe recordar que Mario es huasteco… Por cierto, el Congreso del Estado, a través de la Comisión de Asuntos de Pueblos y Comunidades Indígenas y Afrodescendientes, realizó el evento “Xantolo en el Congreso”, con la intención de preservar y fomentar la cultura del estado, celebrando y honrando las fiestas del Día de Muertos. La diputada Brisseire Sánchez López, presidenta de la Comisión señaló que se busca fomentar y dar a conocer las tradiciones de la huasteca potosina… A contrapelo, el terrible Manolo iniciará el festejo de muertos en lúgubre taberna del barrio y luego irá al panteón, como es su devoción… HASTA LA PRÓXIMA.
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