Ignoramos el nivel de nuestra cultura política
Cuando las casas encuestadoras exponen el resultado de su trabajo realizado con métodos y consideraciones técnicas diversas, no toman en cuenta el nivel de la cultura política que existe en la población de México, y eso hace que las encuestas publicadas sean –de muchos modos- increíbles. Quizá la metodología de una encuesta sea impecable, la cuestión es que se aplica en segmentos de población evidentemente desinformados, sin fundar sus respuestas en un dominio previo de la realidad que se vive en nuestro país, lo cual se traduce en la posibilidad de que la interpretación de los resultados antes de publicarlos, puedan sufrir acomodos que no reflejen esa misma realidad.
¿Cómo podría el encuestado disponer de una opinión bien fundada sobre el acierto o el desacierto del gobierno en el manejo de la pandemia, si la queja más frecuente de los observadores especializados se refiere precisamente a la falta de información oficial, a la falta de coincidencia de nuestra política sanitaria con las vigentes en el resto de los países afectados por el mismo virus?
¿Cuáles son los criterios sobre los que se finca la percepción pública de la imagen presidencial, si los encuestados carecen de la información sobre la magnitud de sus decisiones políticas en materias como seguridad y economía, y cómo se traduce la práctica cotidiana del gobierno frente a los problemas considerados como los más graves en nuestro país?
El problema no es el método sino los niveles de la información de que dispone el ciudadano común, para soportar el avance de su quehacer cotidiano en un momento como el que vivimos, a las puertas de la crisis sanitaria y económica ante lo cual no hay consenso sino diferencias a veces abismales. La calidad de las encuestas depende, entonces, de la calidad de los encuestados y eso las vuelve insostenibles.
Hacer un licuado con las opiniones de individuos que forman parte de segmentos distintos, no parece ser lo más recomendable para orientar la opinión nacional sobre cualquier tema.
¿Quién se atrevería a sostener que nuestra cultura política es, en promedio, la suficiente para que el elector promedio respalde su voto en convicciones apegadas a la realidad que nos rodea? Frente a eso, los resultados electorales reflejan que carecieron de un conocimiento mínimo para respaldar un cambio en el gobierno.
Pero ante los hechos consumados, cualquier medición no puede tener la consistencia informativa si los encuestados carecen de ella. Diríamos, sin ofensas, que las encuestas son el reflejo de una ocurrencia.
En tal caso, los partidos políticos dejaron de ser entidades que abrigan el sentir de la mayoría ciudadana, la cual permanece hoy huérfana de representantes en las cámaras legislativas, e indefensa ante las acciones gubernamentales que pudieran perjudicarle por propia su ignorancia, por su propia apatía.
Se dan –en México- las condiciones de un esbozo de dictadura, pero las encuestas no lo reflejan sino respaldan su aceptación sumisa cuando sus resultados dan como hechos sólidos la aceptación y la simpatía ciudadana hacia el presunto dictador. Las encuestas no sirven para certificar los grados de aceptación ciudadana hacia la actuación del presidente, pero tampoco pueden dar constancia de su rechazo porque hace falta cultura política en México y no hay voluntad de que eso cambie.
PRIMERO LA CÚSPIDE, LUEGO LA EXTENSIÓN
El pasado jueves se publicó un decreto presidencial por el cual la disposición de mantener limitados los servicios del gobierno federal en sus dependencias y en las instituciones del “gabinete ampliado”, se conservará vigente hasta el mes de agosto. Hubo una inmediata reacción que evidentemente es equivocada.
Primero, la limitación de los servicios no esenciales del gobierno no quiere decir que hasta entonces se mantenga el confinamiento de la población pues ya se prepara una reactivación masiva de actividades en varios estados, entre ellos el nuestro, que obedece a la reanudación de actividades en las cadenas de producción de Estados Unidos que se vinculan con las cadenas productivas de México.
Esto quiere decir que el gobierno federal ha tomado una serie de medidas que, previamente programadas, esperan tener efectos positivos en la economía pero también efectos preventivos en el manejo de la contingencia sanitaria a fin de mantener la sana distancia y la protección con medidas como el lavado constante de manos y evitar el contacto con superficies donde el virus puede permanecer un tiempo largo.
Es menester aclarar, pues, que el confinamiento podría concluir el 31 de mayo y luego ir incorporándose controladamente hasta que la pandemia amaine o se tenga la vacuna o el medicamento que permita combatir los efectos de un contagio.
Mientras tanto, localmente comenzamos a vivir el contagio acelerado que nos acerca al momento crítico quizá con una diferencia de dos días con relación a la curva que el gobierno federal muestra todos los días. La credibilidad de las cifras que se manejan a diario en esta pandemia, tal vez tenga sus detractores. Sin embargo, no le veo el caso a preocuparse por la confirmación de cifras cuando lo que debemos hacer es prevenir el contagio para limitar los resultados finales.
EL COTARRO POLÍTICO
La Secretaría de Salud dispuso el cierre de los servicios de atención en los restaurantes locales, excepto uno: surtir pedidos a domicilio que hayan sido realizados por la vía telefónica. La disposición es para este fin de semana y, aunque un primer aviso pudo ser interpretado mal, la aclaración oportuna de esa disposición impedirá que se viole… Por estos días la temática informativa se concentra en el manejo sanitario de la pandemia. Los gobiernos de los estados de Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí han dispuesto la colocación de filtros sanitarios en las carreteras que los unen, a fin de evitar contagios y detectar posibles casos enfermos en tránsito… La medida es buena, aunque no he visto por el momento filtros prometidos por la alcaldía capitalina… Quizá la propia alcaldía de San Luis deba enviar elementos de protección civil municipal a limitar las andanzas y paseos de personas y mascotas en la avenida Himalaya, el mayor cagadero de perros en San Luis, y también un potencial foco de contario para las personas… En diferentes operativos implementados durante el 7 de mayo, se detuvo a un total de 28 personas por estar presuntamente relacionados con delitos como robo a transeúnte, allanamiento, daños, conducir vehículo con reporte de robo, posesión de droga, entre otros, diez personas fueron puestas a disposición de la Fiscalía General del Estado; 14 personas fueron detenidas por diferentes faltas administrativas y cuatro individuos puestos a disposición de la autoridad judicial, a fin de determinar su situación legal… ¿Será por causa de la pandemia?... Bueno, pues por lo pronto el terrible Manolo se prepara para salir del confinamiento al grito de ¡ábranse piojos, que ahí les va el peine!... HASTA LA PRÓXIMA
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