Algunas campañas electorales del nivel federal iniciaron este sábado con mucho entusiasmo de los candidatos y sus seguidores, sin embargo, se registró un hecho que parece de mal agüero: el candidato del PRI a una diputación federal, José Luis Romero Calzada, se hizo presente en la Feria Nacional de la Enchilada para realizar un acto de proselitismo en una clara actitud de provocación hacia la población, porque se trata de un evento popular festivo. Nadie va a una feria a presenciar un mítin. La gente va a divertirse.
La FENAE no es el espacio adecuado para ningún candidato de cualquier partido, hacer proselitismo en un evento de esta naturaleza como lo intentó Romero Calzada, representa un error grave y un peligro porque el orden se puede ver alterado, por fortuna los ánimos no se desbordaron y todo que quedó en gritos de “huachicolero” y recordatorios del 10 de mayo destinados al ex diputado local conocido como el “Tekmol”.
Lo que hizo Romero Calzada no fue una mera ocurrencia, fue un acto premeditado por alguien interesado en alterar el orden público y en empañar el incipiente proceso electoral para sacar un provecho indebido.
Romero Calzada actúa como un mero instrumento y con una marcada vulgaridad, su malintencionada presencia en el evento ferial tenía la intención clara de generar violencia, la gente lo rechazó sin ir más allá de lo prudente. No pudo iniciar de peor manera su campaña, envalentonado y cínico. Contaminando una fiesta popular.
Bueno sería que el PRI y las autoridades electorales pongan atención en este hecho para evitar que se repita.