/ domingo 11 de agosto de 2024

Opinión | Tierra de nadie

Como si fuéramos adolescentes siempre tenemos la necesidad de pertenecer a algo, que no a alguien, esa necesidad se exacerba cuando regresas al terruño con los tuyos resultando excitante el reencuentro y triste el enfrentarte con la realidad verdadera que en la actualidad existe en mi adorado país, país que pareciese ser la tierra de nadie.

Tras largo viaje, por venir en avión de saltimbanquis tomamos carretera mi sobrina y yo para dirigirnos de Ciudad De Mèxico a Puebla, la chula Puebla para estar con parte de la familia y ¡sorpresa! en esta tierra de nadie una maravillosa manifestación y toma de carreteras, que cuando las ves en la televisión sólo alcanzas a decir ¡Qué Horror! Pero cuando te toca en carne propia no puedes imaginar lo que representa, cuando al fin decidimos salir de reversa en un caos de vehículos estancados, salimos en el muy lindo Chalco donde palpé que en Mèxico se trabaja con el sudor de nuestra frente y que existen más ciudadanos buenos que malvados o flojos, así, logramos continuar vía Cuautla hasta Puebla, aventura que se llevó varias horas de nuestra vida útil por enfados de terceros que no tienen solución y datan de hace muuuchos años atrás.

Al llegar a Angelópolis, grité como Cristóbal Colón, TIERRA, y qué tal el crecimiento urbanístico de la ciudad, en abastanza, dirían por ahí los italianos. Se supone que nada es para siempre, pero, en este país la constante son manifestaciones, bloqueos de carreteras, parones y desaparecidos diariamente con el brete de amor y más amor para los desordenados, por lo que no sabemos si alcanzaremos a llegar este sábado a la misa de mi querida hermana recién fallecida, porque, al parecer, los manifestantes cada día cierran más accesos para poder circular libre y decentemente por las carreteras del país, por lo que, aunque hay dolores que no se atenúan con nada como la pérdida de una hermana, hay dolores que enervan al ver la indiferencia de quienes deberían ser diferentes y no indiferentes.

En contraste con el caos que vivimos en mi amado país busquemos fluir con serenidad para vivir correctamente, a ver si con el ejemplo de los más, los menos comprenden que no hay derecho a arruinar la vida de otros y que vale la pena actuar en positivo, así que hoy estoy rezando para que quiten el bloqueo y podamos llegar a la tierra potosina a tiempo, a pesar de esto o gracias a esto, decidí tomarlo suavecito y acompañada de quienes amo recorrí parte de la ciudad recordando ¡qué Chula es Puebla!, así que a ver de nuevo el Centro Histórico donde se observa la falta de presupuesto en el gobierno ante varios edificios dañados y con graffiti o grafiti, no así el Museo Universitario donde nos deleitamos con una exposición de mapas monumentales del mundo y Mèxico, hechos artística y delicadamente con mosaicos de Talavera, siguiendo con el Hotel Colonial que fue parte del Convento de los Jesuitas en el Siglo XVIII hasta que en 1930 se transformó en Hotel Colonial, lugar donde aún se encuentra la recámara donde durmió el Presidente Madero quien desde el balcón del mismo dió al pueblo existente un discurso sobre la democracia, dando origen a la “Plaza de la Democracia”.

Todo este recorrido gracias a la amabilidad de uno de los encargados del hotel llamado Rolando quien nos permitió y acompañó a recorrerlo con lujo de detalles hasta la azotea con una vista bellísima de las cúpulas de las iglesias poblanas, así que después fuimos al museo de la UDLAP donde observamos que el arquitecto que hizo la Torre Eiffel diseñó y trajo la estructura con que se construyó este edificio donde degustamos visualmente una moderna exposición de arquitectura y otra de los alumnos, terminando en un restaurante del centro histórico devorando, porque el hambre es canija y más después de la caminata y sube y baja escaleras, el típico mole y chile en nogada acompañados de mezcal y tequila, haciéndonos recordar de aquellos tiempos del Señor Don Simón que tanto recordaban nuestras abuelas y que aún existen a ratos aunque las abuelas modernas no los recuerden, además de darme cuenta de la maravilla de nuestra comida y la flexibilidad de nuestros chefs quienes se adaptan al cliente y no el cliente a lo que hay, como sucede en la mayoría de los países donde he viajado, así llegué a la conclusión que así se vive Mèxico y así se siente Mèxico, con sus tianguis, con su gente, con sus artesanías y con el amor que se impregna en el trato de la mayoría y el orgullo de ser y pertenecer a esta tierra, así que si usted, como yo, lleva el nopal en la frente con orgullo, escríbame.

ángeldesofia@yahoo.com.mx

Como si fuéramos adolescentes siempre tenemos la necesidad de pertenecer a algo, que no a alguien, esa necesidad se exacerba cuando regresas al terruño con los tuyos resultando excitante el reencuentro y triste el enfrentarte con la realidad verdadera que en la actualidad existe en mi adorado país, país que pareciese ser la tierra de nadie.

Tras largo viaje, por venir en avión de saltimbanquis tomamos carretera mi sobrina y yo para dirigirnos de Ciudad De Mèxico a Puebla, la chula Puebla para estar con parte de la familia y ¡sorpresa! en esta tierra de nadie una maravillosa manifestación y toma de carreteras, que cuando las ves en la televisión sólo alcanzas a decir ¡Qué Horror! Pero cuando te toca en carne propia no puedes imaginar lo que representa, cuando al fin decidimos salir de reversa en un caos de vehículos estancados, salimos en el muy lindo Chalco donde palpé que en Mèxico se trabaja con el sudor de nuestra frente y que existen más ciudadanos buenos que malvados o flojos, así, logramos continuar vía Cuautla hasta Puebla, aventura que se llevó varias horas de nuestra vida útil por enfados de terceros que no tienen solución y datan de hace muuuchos años atrás.

Al llegar a Angelópolis, grité como Cristóbal Colón, TIERRA, y qué tal el crecimiento urbanístico de la ciudad, en abastanza, dirían por ahí los italianos. Se supone que nada es para siempre, pero, en este país la constante son manifestaciones, bloqueos de carreteras, parones y desaparecidos diariamente con el brete de amor y más amor para los desordenados, por lo que no sabemos si alcanzaremos a llegar este sábado a la misa de mi querida hermana recién fallecida, porque, al parecer, los manifestantes cada día cierran más accesos para poder circular libre y decentemente por las carreteras del país, por lo que, aunque hay dolores que no se atenúan con nada como la pérdida de una hermana, hay dolores que enervan al ver la indiferencia de quienes deberían ser diferentes y no indiferentes.

En contraste con el caos que vivimos en mi amado país busquemos fluir con serenidad para vivir correctamente, a ver si con el ejemplo de los más, los menos comprenden que no hay derecho a arruinar la vida de otros y que vale la pena actuar en positivo, así que hoy estoy rezando para que quiten el bloqueo y podamos llegar a la tierra potosina a tiempo, a pesar de esto o gracias a esto, decidí tomarlo suavecito y acompañada de quienes amo recorrí parte de la ciudad recordando ¡qué Chula es Puebla!, así que a ver de nuevo el Centro Histórico donde se observa la falta de presupuesto en el gobierno ante varios edificios dañados y con graffiti o grafiti, no así el Museo Universitario donde nos deleitamos con una exposición de mapas monumentales del mundo y Mèxico, hechos artística y delicadamente con mosaicos de Talavera, siguiendo con el Hotel Colonial que fue parte del Convento de los Jesuitas en el Siglo XVIII hasta que en 1930 se transformó en Hotel Colonial, lugar donde aún se encuentra la recámara donde durmió el Presidente Madero quien desde el balcón del mismo dió al pueblo existente un discurso sobre la democracia, dando origen a la “Plaza de la Democracia”.

Todo este recorrido gracias a la amabilidad de uno de los encargados del hotel llamado Rolando quien nos permitió y acompañó a recorrerlo con lujo de detalles hasta la azotea con una vista bellísima de las cúpulas de las iglesias poblanas, así que después fuimos al museo de la UDLAP donde observamos que el arquitecto que hizo la Torre Eiffel diseñó y trajo la estructura con que se construyó este edificio donde degustamos visualmente una moderna exposición de arquitectura y otra de los alumnos, terminando en un restaurante del centro histórico devorando, porque el hambre es canija y más después de la caminata y sube y baja escaleras, el típico mole y chile en nogada acompañados de mezcal y tequila, haciéndonos recordar de aquellos tiempos del Señor Don Simón que tanto recordaban nuestras abuelas y que aún existen a ratos aunque las abuelas modernas no los recuerden, además de darme cuenta de la maravilla de nuestra comida y la flexibilidad de nuestros chefs quienes se adaptan al cliente y no el cliente a lo que hay, como sucede en la mayoría de los países donde he viajado, así llegué a la conclusión que así se vive Mèxico y así se siente Mèxico, con sus tianguis, con su gente, con sus artesanías y con el amor que se impregna en el trato de la mayoría y el orgullo de ser y pertenecer a esta tierra, así que si usted, como yo, lleva el nopal en la frente con orgullo, escríbame.

ángeldesofia@yahoo.com.mx