En este mundo actual vivimos ignorando las cosas que pasan porque como dijo el poeta alemán Henrich Heine: “Todo delito que no se convierte en escándalo, no existe para la sociedad;” lo comprobamos a cada instante en nuestra sociedad donde a pesar que pasan cosas que se verían anormales en cualquier otra sociedad, en ésta, ya se normalizó todo lo que sea anormal, violencia, migración, despojo, abusos y demás situaciones que en otra época habrían sido escandalosas ahora son el pan nuestro de cada día y se tiende a no considerarlas delito.
Terminamos diciendo: “Bueno, total, qué más da…”. Y.. vamos creando una cultura de permisividad, del relativismo moral, del “todo está permitido”, del “todo vale”, del “mientras a mí no me toque”, sobre todo el bolsillo o la violencia, simplemente miramos hacia otra parte sin percibir que eso está destruyendo nuestra sociedad, ya que le estamos enseñando a ver lo anormal como normal, destruye comunidades que tienen que emigrar en su propio país por miedo a la violencia! Destruye a las familias y a las personas porque la integridad y honradez ya no se encuentran, brillan por su ausencia.
Me pregunto si la tan traída y llevada frase de “Perdono, pero no olvido”, tiene cabida alguna ante el no escándalo de lo escandaloso, si aquellos que han sufrido y me atrevo a usar el término “sufrimiento” porque al vivir este tipo de experiencias poco agradables, tal vez solo quede el olvido, pero, ¿podrán olvidar las ofensas?, ¿las actitudes negativas vividas? ya que aún cuando seamos capaces de comprenderlo difícil resulta aceptar el que alguien de nuestra familia haya sido vejado o maltratado porque sí, tal vez podemos decir con simpleza, sufrí y olvido pero, ¿olvido a pesar del sufrimiento? Perdono? Podré perdonar? Tal vez el olvido es el único bagaje que admite la barca que lleva al rencor o al sufrimiento hacia el aprendizaje de la vida, haciéndonos comprender que nada tengo, nada pido, nada dejo.
Desnudos nacimos, vestidos nos vamos pero sin llevar nada y partimos tan ignorantes como llegamos y sin embargo comprendemos que hay que seguir creyendo aún cuando creamos que ya no hay esperanza y que debemos seguir dando amor aunque algunos siembren odio y destrucción y, que a pesar de la existencia de una guerra callada que hace demasiado ruido silenciado en nuestro entorno, debemos creer que hay paz y la podemos crear entre todos.
Por eso hoy con todo y los asegunes seguiré creyendo, sembrando paz porque en medio del miedo y la desolación siempre hay quien nos mire con ternura y amor, siempre hay niños que viven con la esperanza de algo mejor, por eso, me enfoco en el canto de los pájaros, en el niño que me mira y sonríe, en la mariposa que me deleita con sus colores y bellezas, en el sueño de un futuro mejor, y si usted es de los que como yo, cree que todo puede mejorar le invito a escribirme. Gracias.
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