De rodillas
¿A dónde va tan a la carrera Don Alvarito? Preguntó a su vecino el futuro galeno Esculapio, quien de cariño es Esculapito, no se vaya a caer por ir corriendo, ya ve que sus piernas parecen ilegales, o sea están bien chuecas, sobre todo esas rodillas. No vaya a dar el rodillazo, como decía mi tío cuando iba a la iglesia. No seas irrespetuoso con Don Álvaro, le dijo el Dr. Ambrosio Pérez. Lo que tiene es una osteoartrosis que le ha deformado sus rodillas, eso se llama genu varo y suele causar dolor intenso. Efectivamente dijo Don Álvaro, pero precisamente voy al hospital para que me pongan en la lista del programa de prótesis de rodillas. ¿Qué progama es ese? Preguntó el Dr. Ambrosio. Uno nuevo que anunció la presidencia. Dicen que nos cambiarán las rodillas y que quedaremos como nuevos. ¡Ah sí, el programa de las prótesis! Dijo ahora el Dr. Damián Cosme Fierro y Clavo, quien además de tener un nombre muy fifí, es un ortopedista de edad media, quien evolucionó de los tratamientos que consistían en aparatos de yeso e inmovilizar al paciente, en una labor casi de cuchara y planilla, a las actuales cirugías que en ocasiones son guiadas por computadoras o robots, y que en general consisten en fijaciones internas de las fracturas, o en el remplazo completo de algunas articulaciones, destacando las de cadera y rodilla. Es verdad, me ha tocado ayudar al maestro Damián en unas cirugías de esas, dijo Esculapito. Requieren que además de que el ortopedista sea fregón, una tecnología costosa y sobre todo muchos cuidados para que la cirugía sea un éxito. Efectivamente Esculapito, los pacientes deben ser bien escogidos y tener la indicación para colocarles una rodilla biónica, de titanio generalmente y con algún componente de un plástico especial para que no se desgasten fácilmente. Pero sobre todo el paciente debe estar en condiciones generales buenas, que su diabetes esté bien controlada, o su presión arterial no esté alta. Deben dejar de fumar, porque el tabaco altera la cicatrización y así no ayudan a que pegue el hueso, que se tiene que cortar para poner la prótesis de metal. Además tienen que tener una familia que los ayude, porque por más pronto que se puedan parar, tampoco es conveniente que anden para allá y para acá. Es bueno que no sean alérgicos, porque les tiene uno que recetar antibióticos para disminuir la probabilidad de que se infecte la cirugía, ya que esto puede considerarse una catástrofe, tanto para el paciente como para el cirujano. ¡Ojalá que a Don Alvarito le toque del antibiótico bueno! No de esos de laboratorio patito, o importados, que vienen en unas cajitas que dan miedo y que quien sabe si pasaron por el control de bioequivalencia, dijo Esculapito. Por lo pronto don Alvarito, a controlarse bien esa presión y azúcar, y dejar de fumar como chacuaco, le dijo el Dr. Ambrosio. Además tiene que ir buscando donadores de sangre, porque esas cirugías a veces sangran mucho y tienen que transfundirlo. ¡Ah! yo pensé que todo era más fácil y solo tenía uno que anotarse en la lista, dijo Alvarito. Ahora que usted va a ser biónico, me acordé de que ese término lo introdujo el Dr. Jack Steele en 1958, y como que su apellido tiene que ver con el acero; en medicina es que alguna parte de su cuerpo será sustituida por algún artefacto mecánico para mejorar la anatomía y la función. Espero que todos sea para bien y que deje de parecerse al “Charrito Pemex”, aunque usted tiene de charro lo que yo de astronauta. Yo creo que usted solo ha montado perros Don Alvarito, y por cierto, también el señor del logo de Pemex, famoso entre los años cincuenta y sesenta era su tocayo, cerró la conversación Esculapito.
Cirujano General
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