Una amenaza más para nuestra democracia
Estimadas y estimados lectores, el pasado 23 de agosto, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó en lo general la desaparición de siete organismos autónomos, entre los que destaca el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Este movimiento, aunque esperado tras las amenazas del presidente de la república en diciembre pasado, representa un golpe directo a la democracia y a los derechos ciudadanos, que difícilmente podrá revertirse dada la ilegítima mayoría obtenida por MORENA y sus aliados en el Congreso.
Desde su creación en 2002, el INAI ha sido el pilar de la transparencia y protección de datos en México, logrando avances significativos en el acceso a la información pública. No fue fácil llegar hasta aquí: los intentos de regular esta materia comenzaron en los años ochenta, pero fue necesario un cambio de gobierno y la llegada del Partido Acción Nacional al poder en 2000 para que, finalmente, se aprobara la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental en 2002. La creación del entonces Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) marcó un antes y un después en la historia de la democracia mexicana, al garantizar que la información del gobierno estuviera al alcance de todos los ciudadanos.
Sin embargo, este avance se encuentra ahora en peligro. La desaparición del INAI y otros organismos autónomos, como la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y el Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (CONEVAL), bajo el pretexto de reducir costos, es un despropósito que pone en riesgo la construcción de instituciones sólidas e independientes del poder ejecutivo. La absorción de estas entidades por dependencias del gobierno federal implica la pérdida de su autonomía, limitando su capacidad para actuar sin presiones políticas y reduciendo su papel a simples ejecutores de directrices gubernamentales.
El INAI, en particular, ha sido un baluarte en la lucha contra la opacidad y la corrupción, permitiendo que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a la información de manera efectiva. Sin embargo, su desaparición amenaza con revertir décadas de avances y debilitar significativamente la capacidad de la sociedad civil para fiscalizar el poder público. La transparencia es uno de los pilares fundamentales de una democracia saludable, y su erosión abre la puerta a la discrecionalidad, el abuso de poder y la impunidad.
El riesgo para la democracia mexicana es innegable. La centralización de funciones en el gobierno federal no solo disminuye la eficacia de estos organismos, sino que también incrementa la influencia política en áreas cruciales como la competencia económica, las telecomunicaciones, la energía y la educación. La concentración de poder en manos de un solo grupo político, sin contrapesos ni mecanismos independientes de control, socava los principios básicos de la democracia y afecta negativamente la confianza ciudadana en las instituciones.
En un país donde la transparencia y la rendición de cuentas son esenciales para prevenir abusos y garantizar el respeto a los derechos humanos, la desaparición de estos organismos autónomos es un retroceso que no debemos permitir. Como mexicanos, nos queda levantar la voz y exigir que los derechos alcanzados e impresos en el actuar de estos organismos se mantengan intactos. Aunque la mayoría artificial creada por el partido en el poder dificulte la resistencia, es crucial recordar que el acceso a la información pública y la transparencia no son privilegios, sino derechos fundamentales que deben ser defendidos con firmeza y determinación.
En estos tiempos de incertidumbre, es vital que los ciudadanos nos mantengamos informados y activos, ejerciendo presión sobre nuestros representantes para que estos derechos no se vean limitados. La defensa de la autonomía de los organismos que velan por la transparencia y la justicia es una tarea que nos compete a todos, y cuyo éxito depende de nuestra capacidad para resistir la tentación del poder centralizado y preservar la democracia que tanto nos ha costado construir.
Muchas gracias por su atención y lectura. Sigámonos cuidándonos por favor. Nos leemos en quince días.
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