Dios Jesucristo en 1 Corintios 3:7 a 22 de la Biblia nos invita para hacer nuestra Su Edificación Divina Espiritual a partir del también Privilegio Suyo del Crecimiento Espiritual que Sólo El nos puede otorgar, si estamos dispuestos a creer que solamente El nos puede conceder nuestra Salvación y Vida Eterna Feliz yGozosa en Su Cielo Divino.
En efecto, Dios Cristo quiere que germinemos como Plantas Espirituales suyas, para Cultivarnos dándonos su Agua Celestial para Crecer en El y ser Siempre Labranzas Suyas y Edificios de Dios, conforme a la Gracia Divina (Amor Supremo de Dios), porque sólo en Dios Cristo debemos Sobreedificar nuestra Espiritualidad, ya que nadie puede poner otro Fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo, según 1 Corintios 3:11, para ser Salvos por Siempre juntos con El, cuando arrepentidos de nuestros pecados ante El, lo recibimos como Salvador, según Juan 3:16.
Lo anterior fue inspirado al apóstol San Pablo hacia el año 54 de la era vigente, por Jesús Mismo, quien es el Verbo o Palabra de Dios, y es aplicable a todos nosotros, si creemos que El nos Salva, porque la Palabra de Dios Permanece para Siempre, según 1 Pedro 1:25 e Isaías 40:8; y, entonces, también podemos hacer nuestra la diversa invitación de Cristo, en Mateo 7:24, para ser los Prudentes Suyos, porque al arrepentirnos ante El de nuestros pecados, El nos perdona, nos Salva y Edifica Nuestra Casa en El como Roca Divina Nuestra, a la cual, ni las lluvias intensas, ni los ríos caudalosos, ni los vientos violentos, (que significan pecado y maldad), quienes si bien podrían golpear dicha Casa, no podrían derrumbarla, por estar Edificada en La Roca Cristo. Además, Dios Jesús Edifica en cada seguidor salvo suyo: “Un Templo de Dios”, para que allí habite Dios Espíritu Santo según 1 Corintios 3:16; y, además, Cristo nos conduce ante Dios Padre, para que nos haga sus Hijos, según Juan 1:12.
Estimado lector: Cristo te invita para que aceptes la Cimentación y Construcción de tu Edificio Espiritual que El quiere Fincar en ti para obtener la Vida Feliz Eterna, y solo necesita decirle con valentía y reflexión:
“Mi Señor Dios Cristo, ¡SALVAME!, me arrepiento ante Ti de mis pecados, perdóname, y límpiame con tu Sangre Divina derramada en la cruz del Calvario, creo en Ti, y te recibo como Unico, Suficiente y Perfecto Salvador Personal”. Dios mediante, hasta el viernes siguiente.