No será muy difícil para el Gobernador del Estado, Juan Manuel Carreras López, convencer al Presidente Andrés Manuel López Obrador para que financie la compra del Teatro Alarcón, en cuanto le narre que el Presidente Benito Juárez celebró ahí su cumpleaños número 61 en el siglo XIX, cuando iba en su marcha triunfal hacia la Ciudad de México.
Este año va a ser crucial para el estado y para el sector turístico en general, porque el Gobernador Carreras López tiene el pie metido hasta el fondo del acelerador. Le queda prácticamente un año y medio de mandato y están pendientes de concretizar la declaratoria como Zona Arqueológica Nacional de las ruinas de Tamtoc, en Tamuín y que el Teatro Alarcón pase a poder del Estado.
Hace meses, el Sindicato de Trabajadores Mineros y Metalurgistas Sección San Luis Potosí tasó el edificio de estilo neoclásico construído en 1825 por el arquitecto Tresguerras en 80 millones de pesos, pero naturalmente que al tener tanta cercanía el senador Napoleón Góme Urrutia con el Presidente López Obrador, las negociaciones entrarían a la baja a favor de la administración carrerista.
Para dejar bien cimentado el futuro turístico de San Luis Potosí, el doctor Carreras López necesita que el Presupuesto de Egresos del Gobierno Federal libere los recursos que se van a invertir en Tamuín cuando mucho en abril y empezar la transformación integral del aeropuerto nacional, que requiere cuando menos de pistas gemelas de 2.5 kilómetros de largo, torre de control nueva y con tecnología de última generación y modernas salas de espera. Que quede listo para recibier aeronaves de gran calado.
De la celeridad con que se hagan las concertaciones aquí descritas, depende en mucho el legado político del gobierno carrerista, que apunta a ser, quizá, el mejor en la época moderna del estado, porque su visión no es pueblerina, localista, sino que es sobre las grandes inversiones, con la atracción de capitales, los que generan empleos, estabilidad y bienestar social.
En base a esto se describe lo que va a ocurrir en la huasteca potosina y en donde el apoyo del Presidente López Obrador tiene un peso específico sin igual:
Se busca sanar la pobreza de decenas de miles de familias indígenas a través de la industria sin chimeneas. No se requiere que lleguen las grandes firmas hoteleras, sino que sean los habitantes de los 20 municipios los que con apoyos económicos federales y estatales acondicionen sus viviendas como hostales para recibir visitantes y abunden poco a poco las microempresas orientadas hacia el turismo de aventura, religioso y cultural.
En estos proyectos de rescate turístico, hoy más que nunca se hace necesario que el Gobierno del Estado de San Luis Potosí adquiera el Teatro Alarcón, porque es un contrasentido su promoción como Camino Real de Tierra Adentro o Patrimonio de la Humanidad, si tiene al primer teatro que hubo en el México independiente, en el México republicano, a la venta.
Para el recreo y el goce de los sentidos de los turistas ya fundó dos museos Leonora Carrington, uno en el Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario y otro en Xilitla, en la huasteca potosina y bien podría cerrar con broche de oro su sexenio en cuanto a cultura se refiere si pone al alcance de las familias potosinas un teatro fuera de norma, que no tiene vestíbulo como otros; ahí se entra directamente de la calle a las butacas.
Afortunadamente, las concertaciones para alcanzar estos objetivos empezaron muy temprano, el mandatario potosino ya tuvo encuentros con el secretario de Turismo Federal Miguel Torruco Marqués y con el Secretario de Comunicaciones y Transportes Javier Jiménez Espriú en la Ciudad de México, de donde se desprendieron conclusiones muy importantes que se darán a conocer en breve.
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